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"𝐛𝐞𝐧𝐞𝐝𝐞𝐭𝐭𝐨 Qᴜɪᴇɴ ᴛᴇ ᴠᴇᴀ ɢᴏᴢᴀʀ ᴅᴇ ᴛᴜ ꜱᴀɴᴛɪᴅᴀᴅ..."

Al parecer seria un viaje muy largo

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Al parecer seria un viaje muy largo.

Roier preparaba sus maletas con ardua devoción, mas allá de una visita Spreen lo invito a pasar una semana en su pueblo -como el humildemente le llamaba-. Llegaron al muelle de la isla a las 8:00am, donde esperaron por unos largos 40 minutos a la embarcación que los llevaría, y, ~oh decepción, según Spreen le dijo a Roier, el abordaje tardaría otros 20 minutos en realizarse. Se frustraron. Era una exageración de tiempo, así que ambos se acomodaron en las sillas de espera que les ofrecía el lugar, ambos perdidos en el audaz mar que les esperaba.

Las saladas olas y caliente arena que inundaban de sonidos el muelle les brindaron una paz enorme, habian desicidido dejar sus problemas para despues. Spreen ofrecio una solucion, Roier la tomo, fin del problema, o al menos por ahora, el lugar y los nuevos sentidos que percibían dieron paso a una charla trivial sobre el ambiente, donde Spreen presumió que había pagado por uno de los servicios mas caros del muelle, lo llamo yate azimut y Roier se trago las ganas de matarlo por jugar con un servicio caro, y cuando vio aquella para nada pequeña embarcación, que alego ser del osezno, no se limito a darle una pequeña reprimenda.

—No mames, Spreen ¿de donde putas sacaste para...para esto?

Sus nervios tapaban su molestia, o tal vez sucedió al revés.

—Ro, sabes que tengo el negocio del bar como un extra. Pero, gita no me falta, no te preocupes. –casi reía al mencionarlo.

A ver, es que mentira no era, los trabajos de Spreen eran casi una tapadera, el solía tener trabajos mas solicitados, sin mencionar que cargaba con un pasado de éxito y resplandor, pero prefería mantenerse al margen. —Dale, dale, subí. Ya deben tener todo listo.

El tiempo que tardaron tenia un porque, y es que cada detalle estaba impecable, cada jodido detalle. Desde el pasillo hasta la proa todo estaba bien arreglado, había escogido un modelo tan reconfortante que resultaba inquietante. Porque, Roier, siendo que apenas y conocía este lado tan privilegiado de su novio, le pareció alarmante viniendo de el, pero, no sabia como explicarlo: el diseño resultaba tan hogareño que le calaba en los huesos, los colores tan vivos le parecían extraños, había pequeños signos que lo preocupaban; como los pétalos de rosas en la mesa, los arcos decorativos plagados de pegatinas y las galletas favoritas de Roier, sus FAVORITAS.

Spreen era detallista, pero esto era impropio de el, y eso le gustaba.

—Yyy...que te parece?

Creo que la cara de Roier lo dejo todo claro.

—¿Exagere, verdad?

—Exagerar queda corto, válgame la redundancia.

parents; sproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora