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"...ꜱᴀᴜᴅᴀᴅᴇ ʟɪɴᴅᴀ ᴇ ᴄʀᴜᴇʟ"

 1:30pm, justo como le fue indicado y ya estaban bajando todo del yate

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1:30pm, justo como le fue indicado y ya estaban bajando todo del yate. Roier se ofreció a ayudar con la descarga de sus maletas, pero el personal del lugar se lo impidió, tanto por amabilidad como por seguridad, aun así, tenemos a un preocupado mexicano buscando ser útil o al menos no estorbar.

-Ro, ¿Qué haces? déjalos, te vas a terminar cayendo vos. -Pidió al ver como su novio buscaba ayudar, quitándole al servicio una maleta, de la mitad de su tamaño, para el mismo llevarla-

-Se llama ser servicial, Spreen. -replico recuperando aire por el esfuerzo.

-Conozco la diferencia entre ser servicial y ser estúpido. -hizo una seña a quienes cargaban el equipaje y con facilidad le quitaron la maleta a Roier y se fueron. -Ro, capo...

-Ni quepa, ni capo. -se burló un poco, pero con reclamos- Quiero ayudar, me da nervios, ¡no quiero ser mandón!

-Mor, no estas siendo mandón ni grosero, es un servicio del muelle. Tranqui.

-Igual me da coso. -refunfuño. El punto es llevar la contraria.

-Anda, mejor veni, te llevo a dar una vuelta, te muestro la ciudad y, si queres, mañana caemos a eso de la 1:00pm con mis viejos.

-¿No es poco tarde a la una?

-¿Que decís? Si el plan era un asado, pero lo cambiamos por una comidita a eso de las 3:30pm, llegamos perfectos a la una.

-¿Apoco si, conchudito? -dio un leve codazo, le gustaba el acento de su novio...le gustaba su novio.

Las tierras de su novio no eran tan distintas a la isla, digo, ambas tenían árboles y nubes, para el eso bastaba. Eso sí, había que caminar bastante, al parecer a los pueblerinos les gustaba mantenerse alejados los unos de los otros, raro, pero no sospechoso, pensaba.

Spreen le indico que iban a la estación del subte, o como se le conocía por ahí, el tren o el metro, lo tomarían para llegar a un punto medianamente central y recorrer el lugar, junto con ellos, algunos empleados y un invitado colado les ayudaban con las maletas, y por más que lo intentaron, Roier llevaba dos maletas, al parecer no entendía que el azabache había contratado personal para ello. Al final lo dejaron cuando amenazó con llevarse todo el equipaje de Auron si no le permitían el suyo, y no es como si el ojimiel fuera a contradecirlo.

Llegaron a la estación del subte y tomaron el de la 1:45, el cual, sorpresivamente, si llego a la 1:45, mera suerte, creían. Subieron al subte, donde les dieron algo de privacidad a Spreen y a Roier, y Auron y demás personal se fueron a lo que vendrían a ser otras cabinas o vagones, pues tal parece que, si era más un tren que un subte, estaba dividido por vagones, y eso le gustaba a Spreen.

-Esta como muy lindo, ¿no? -menciono Roier con deslumbro al ver limpieza, los subtes de la isla parecían más un asilo de ratas que un tren o un metro.

parents; sproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora