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𝐎𝐋𝐕𝐈𝐃𝐎; ᴍᴇʀᴀ ᴘᴇʀꜰɪᴅɪᴀ ʏ ᴛʀᴀɪᴄɪÓɴ ᴘʀᴏᴘɪᴀ ᴅᴇʟ ᴄᴇʀᴇʙʀᴏ.

Subió las escaleras destilando miedo en cada paso que daba

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Subió las escaleras destilando miedo en cada paso que daba. Llegando al final de su recorrido en la pequeña zona que tenia para ranchear con sus amigos, ahí encontró a Roier, recargado sobre una barandilla de cristal, viendo al horizonte pero observando a la nada, pues tenia la mirada perdida, y no fue hasta que el llego a su lado que Roier no se desasocio y lo observo. 

Por ese mínimo instante todo fue perfecto una vez mas, ambos devoraban la mirada ajena, buscando un rastro de odio o rencor, pero lo único que hallaron fue un amor tan melancólico que llegaba a ser doloroso. Y con un amargo suspiro se abrazaron, soltando algunas lagrimas en el proceso. Pero incluso el caos tiene orden, ya que, por mas saladas que hayan sido esas lagrimas, fueron las mas sinceras de su relación.

Hablaron, hablaron como hacia meses no hablaban. Con un mate en una mano y un café en la otra. Pasaba ya de las 10 de la noche, y ninguno había cenado aun, pero el cielo era hermoso y la compañía cálida ¿porque retirarse?

—Me costo tanto decirles que estaba con Juan, tanto que...decirles todo lo demás me era imposible. –dio un sorbo al mate para anular el llanto en su voz. —Solo era echarle sal a la herida.

Roier tomo su mano por encima, pero Spreen la aparto. Roier entendía el porque de sus acciones y no lo obligaría al tener contacto físico en ese estado, aun así, tenia tantas ganas de abrazarlo, pues el dolor en su voz lo enfurecía, pero el llanto lo mataba. Spreen pocas veces se abría, a pesar de tenerle confianza simplemente quería evitar esas charlas, y por eso mismo acabo ahí, dopado con mate y embriagado con la loción de su novio.

—Spreen, sabes que Juan no es problema. –dio un trago a su café.—No quiero que creas que estoy molesto con el, porque el fue especial, el merecía serlo.


"Lagrimas y memorias, que amarga combinación, tal vez con un Smirnoff pasaría mejor."


—Solo que, aveces, siento que no puede avanzar lo nuestro, porque no quiero joder con algo que aun esta presente.

—No, Ro, no es así. Siempre te has culpado por esto... y no da.

Spreen admiraba lo gentil que podía llegar a ser Roier, buscando ayudar aunque el estuviera solo, buscando curar aun si el mismo estaba enfermo, buscando alegrar aun si estaba el hundido en depresión. Y como no admirar su dedicación, si Roier salio adelante solo, pues cuando lo conoció no tenia nada mas que ambición y una sonrisa bonita, y cuando se reencontraron Roier ya tenia una vida hecha, y varias tragedias desechas. 

Spreen lo amaba, pero ODIABA cuando Roier atendía sin estar curado. Es un aspecto que nunca ha llegado a comprender de la gente, pues para el resulta estúpido poner las necesidades ajenas antes que las propias. 

parents; sproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora