¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Silencio; la ausencia del sonido. Los griegos lo definen como un reposo necesario para atender la voz ajena, reflexionar y esperar pacientemente.
"¡Que se jodan los griegos! el silencio es una mierda"–fue lo único que pudo pensar Roier al estar esperando pacientemente una respuesta. Spreen seguía en shock, su seriedad lo delataba, y aunque esos lentes de sol que acostumbraba portar le daban cierta intimidad, su lengua lo traicionaba. Se empezó a trabar.
—¡Eh! ¿tu qui-...quiere-s? ¿te refieres a mis...? no, yo, eh-...
—¿te traigo un diccionario? –se quejo con sarcasmo.
—No, no, para. –Spreen paso saliva. —Es solo que...no fue algo que yo...no estaba listo. –le costo.
—Spreen... –Llamo Roier en un suspiro. —Mira, ya van para tres años, solo quiero saber si-...si lo nuestro puede llegar a mas.
Roier buscaba las palabras adecuadas, no quería ser tan agresivo al respecto, sin embargo, la actitud de Spreen no lo reconfortaba. Estaban ambos intranquilos, el ambiente era tenso pues el azabache evitaba la mirada a toda costa, Roier se tragaba sus palabras y la habitación solo gritaba un "pasado presente".
—Ro... –se digno a hablar Spreen. —Tu sabes que lo nuestro va en serio. En verdad, seria un idiota si dejara ir tres años como si nada, pero sabes que mis viejos son algo...intensos sobre mis parejas. –busco remarcar lo ultimo.
—Spreen, ten los santos huevos de hablarme en serio.
Roier le dio una advertencia, estaba marcando un limite. Spreen no quería arruinarlo.
—Mis viejos ni siquiera saben lo de Juan.
Y aun así lo mando todo a la mierda.
Roier lo observo con asombro y rencor, ¿acaso Spreen vacilaba con su relación? porque parecía que así era. Roier a tientas tomo asiento en una silla que yacía en la cocina, pues dicha confesión lo tomo desprevenido y apenas si podía terminar de creérselo. Tardo un poco mas en hablar, apenas fueron unos segundos, pero Spreen juraba que eran eternidades.
—¿Me estas diciendo que tus padres aun piensan que estas con Juan? ¿después de 5 putos años, Spreen? –Reclamo.
Su voz era mero rencor y desdicha, y no se puede describir mejor. Escupía las frases una tras otra como si de veneno se tratasen, dejando una heria aun mas profunda.
—¡Yo-yo no supe como decirles! –se busco excusar.
Spreen lo tomo por las mejillas para que lo viera a los ojos, pero Spreen solo pudo ver odio en ellos. Lo había arruinado, y necesitaba arreglarlo.
