Mía es la venganza II

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El quinto día llegó y la tarea consistía en tener que rasurar todo el vello corporal.  Empecé por la cabeza, y elegí una navaja vieja y sin filo, que había pertenecido a mi abuelo. Era ideal porque cada vez que ejercía presión sobre el cuero cabelludo, la piel se desprendía junto con el cabello. Esto alteró mucho al tipo y nuevamente sus sollozos me pusieron los nervios de punta. Sin ganas de escucharlo, aumenté el volumen del estéreo y continué con lo mío, mientras tarareaba.

*** One - Nothing wrong with me

Two - Nothing wrong with me

Three - Nothing wrong with me

Four - Nothing wrong with me

One - Something's got to give

Two - Something's got to give

Three - Something's got to give

Now!

Let the bodies hit the floor

Let the bodies hit the floor

Let the bodies hit the, floor! *** 🎶🎶🎶

Cuando me disponía a rasurar otras partes del cuerpo, percibí que las quemaduras de ácido ya estaban empezando a infectarse y temí que el sujeto no resistiera. Fue por eso que decidí darle unos antibióticos por vía intravenosa. No había compasión en mi obrar, todo era cuestión de prolongar la vida del malnacido a fin de llegar a la meta y que mi clienta quedara satisfecha.

La finalidad de este tipo de venganza no es la muerte, todo lo contrario, se espera que la víctima tenga una vida larga y llena de traumas psicofísicos, así como los que tuvieron que padecer cada una de sus víctimas, cuando les presentó el infierno en la tierra.

Confieso que al principio no creí que el hombre fuera capaz de soportar la tortura, internamente había apostado a que se moriría después de la sesión del ácido, sin embargo, estaba luchando por vivir y eso era bueno porque ahora él podría sentir en carne propia el martirio de los inocentes.

Yo no me consideraba mejor que él, en absoluto, porque también estaba gozando con su sufrimiento, por lo contrario aquello que nos diferenciaba es que nunca he atacado a un ser indefenso y aunque mis manos están manchadas de sangre, todavía no tengo un muerto en mi conciencia. Pero en el fondo he deseado matar y lo he deseado muchas veces, más de lo permitido quizás, no obstante he encontrado la fuerza interna para detenerme justo a tiempo.

Bajando el volumen me acerqué para ver como se hallaba mi presa y noté en sus ojos suplicantes, que estaba aprendiendo la lección y eso me llenó de orgullo. Ni todas las terapias a las que otrora me sometí, pudieron lograr lo que el oficio de verdugo me brindaba.

—Voy por una taza de café y luego regreso contigo.

El hombre comenzó a balbucear y subí el volumen nuevamente.

—No te escucho, pero no te preocupes, vuelvo en seguida.

***Skin against skin, blood and bone

You're all by yourself, but you're not alone

You wanted in, and now you're here

Driven by hate, consumed by fear

Let the bodies hit the floor

Let the bodies hit the floor

Let the bodies hit the floor

Let the bodies hit the floor!***🎶🎶🎶

Writober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora