Garras VI

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Sus palabras fueron como puñales en mi mente y aterrada me aferré a los brazos de mi mamá. Cuando papá le lanzó un golpe, el hombre lo esquivó y velozmente contraatacó sujetándolo por la camisa, para arrojarlo sobre la mesa. El golpe provocó un desastre, dejando la mesa destruida y la sillas desparramadas. El siguiente en ser atacado fue mi abuelo y me quedé shock, cuando la sangre salpicó las paredes y el maldito se irguió con el corazón en la mano. La abuela se arrodilló junto al cuerpo de su esposo. Luego miró al agresor y le gritó en su idioma natal. Este se rió en su cara y sujetándola por la cabeza, le retorció el cuello hasta quebrarlo. Papá que había vuelto en sí, lo golpeó con una silla y está vez el lobo hombre lo levantó en el aire y lo arrojó por la ventana.

Sorpresivamente, Reynaldo entró y le disparó al intruso a quemarropa, varias veces y este cayó desplomado.
Mamá gritaba como loca y en cambio yo no podía llorar.

Casi media hora después, la policía y la ambulancia se hicieron presentes. Se llevaron a mi papá al hospital, que estaba herido de gravedad y había perdido muchísima sangre, junto con mi mamá que se había desvanecido. En ese trajín nadie parecía notar mi presencia y me sentí abandonada, hasta que apareció Alejo.

Una hora después ya se habían llevado los tres cadáveres. Reynaldo tuvo que ir a la comisaría a prestar declaración y antes de subirse al patrullero, le dijo a su hijo que me llevara a su casa en donde estaban Gladys y Susi.

Una vez que nos quedamos solos, Alejo y me acompañó a la habitación para buscar mis cosas y me sorprendió encontrar un sobre en mi cama. Lo abrí con los dedos temblorosos y encontré un papel plegado con la letra de la abuela y una llavecita. En su breve carta, ella se había anticipado a los hechos y me pedía perdón por todo, después dejó indicaciones para que buscara en su armario, una caja de madera que me sería muy útil. Sin perder el tiempo fui a buscarla y la abrí. En el interior encontré un revolver viejo y una cajita con algunas balas de plata. 

— ¿Son de plata?

—Era un hombre lobo.

Alejo escuchó con atención toda la historia y por suerte me creyó, aunque acordamos no decirle nada a Susana.

Gladys y Susi, hicieron todo para que me sienta cómoda, sin embargo yo solo quería despertar de esa pesadilla.

La noche llegó y la luna llena se alzó espléndida opacando a las estrellas. Cuando el reloj marcó las nueve, Gladys le dijo a Susi que me lleve a descansar. Alejo que estaba limpiando el revólver me miró fijo y dijo que durmiera un poco porque él iba velar por nosotras.

Me tiré en la cama vestida porque en el fondo sabía que algo malo iba a pasar y quería estar lista para escapar.

Unos minutos más tarde, escuchamos gritos y me levanté de un salto, Susi se escondió debajo la cama, y no quiso salir por más que le rogué.

Mi corazón parecía a punto de explotar cuando se escuchó un disparo y luego un silencio atroz.
La puerta se abrió de golpe y vi al hombre en su forma lobuna.

El licántropo avanzó hacia mí y estiró una de las manos. Comencé a temblar al sentir sus garras tocándome el pelo, y no puse resistencia cuando me sujetó del brazo.

—No mates a nadie más... —supliqué al escuchar llorar a Susi.

Al pasar por la sala, vi a Alejo y su mamá tirados junto a la mesa. Estaban sangrando y parecían muertos.

Salimos de la casa en dirección a la arboleda, el lobo prácticamente me arrastraba porque mis piernas no obedecían y justo antes de llegar a la primera hilera de álamos, el sonido de un nuevo disparo perforó el silencio nocturno. El lobo dejó de avanzar y soltándome se dio la vuelta. Sentí una mezcla de alivio y temor al ver a Alejo apuntándole.

El lobo aulló intimidante y se lanzó hacia mi amigo, que sin temor volvió a disparar un par de veces más, hasta lograr abatirlo.

— ¿Se terminó? —pregunté.

—Me dio un zarpazo y ya sabes lo que va a pasar.... —respondió Alejo.

Lo vi ponerse el arma en la sien y no pude detenerlo. Aún hoy, que han pasado muchos años, sigo escuchando el eco del disparo en mi cabeza, una y otra vez...

Writober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora