Patito se encontraba absorta en la tarea de plasmar los momentos más destacados de los últimos días en su diario de vida. Cada palabra que escribía estaba impregnada de emoción. Uno de esos momentos destacados era su reciente amigo, Bruno Molina. Había descubierto que Bruno era una persona increíblemente agradable, y cada día se sentía más cómoda en su presencia.
Matías Beltrán, el nombre de su amor no correspondido, se encontraba en otro rincón de su mente. Cada vez que pensaba en él, su corazón latía con fuerza. Matías era guapo, amable, agradable y carismático, lo que desencadenaba en Patito una mezcla de emociones indescriptibles. A pesar de que no compartían mucho tiempo juntos, las conversaciones breves pero agradables en las clases de comedia musical hacían que Patricia Castro se sintiera viva.
Sin embargo, en el complicado mundo del colegio, no todo era color de rosa. Las constantes burlas y ofensas de Antonella se habían intensificado desde que todos en el grupo se enteraron de que Patito participaría en una competencia. La actitud de Antonella era un enigma para Patito, quien no entendía por qué la chica la hostigaba de esa manera. Patito se sentía profundamente herida y vulnerable cada vez que escuchaba esas palabras hirientes.
La vida estudiantil en la ciudad era mucho más compleja de lo que Patito había imaginado, y su estilo de vida campesino no era bien recibido por algunos de los jóvenes del colegio. A pesar de su tenacidad y valentía, las palabras hirientes de Antonella lograban afectarla.
Con un suspiro profundo, Patito cerró su diario y lo escondió cuidadosamente debajo de la cama. Sentía que su vida era mucho más facil cuando pasaba desapercibida.
Fue entonces cuando la voz de su madre interrumpió sus pensamientos.
— Patito, ¿quieres comer pizza?
La llamada de Carmen resonó desde la cocina, y Patito se volvió rápidamente, con una sonrisa en el rostro.
— ¡Claro, mamá! Te ayudaré a prepararla.
Era viernes por la tarde, y después de una semana agotadora, la pizza casera de su madre era una recompensa muy esperada. Mientras preparaban la pizza en la cocina, el timbre de la puerta sonó, y Patito se ofreció a atender.
Tarareando una canción, se dirigió hacia la puerta y se encontró cara a cara con Santiago. A su lado estaban Josefina y Bruno. La inesperada visita de los tres la desconcertó, pero los saludó con amabilidad y los invitó a pasar al salón.
— Parece que llegamos en un mal momento —comentó Josefina, con su característica sonrisa.
— Oh, no, para nada—respondió Patito con calidez—. Estábamos preparando pizza junto con mi mamá... ¿Les gustaría quedarse a comer un trozo?
La sorpresa y el entusiasmo de Santiago por la invitación fueron evidentes, y Bruno, a pesar de su inicial sorpresa, asintió con una sonrisa.
Carmen, la madre de Patito, saludó a los invitados con su energía y entusiasmo habituales, lo que hizo que Patito se sonrojara. La conversación giró en torno a Patito, su belleza y talento, y sus amigos.
Mientras todos se dirigían emocionados hacia la cocina, ansiosos por disfrutar de la pizza recién horneada, Patito quedó atrás, intentando quitar las manchas de harina de su rostro. Bruno la miraba divertido, extendiendo su mano hacia su mejilla para quitar una mancha. Patito quedó helada, sintiendo el cálido y gentil tacto de Bruno. Lo observó con una expectación que hacía latir su corazón aún más rápido.
— ¿Vamos? — dijo Bruno y Patito asintio.
Mientras disfrutaban de la cena, Josefina recibió una llamada y tuvo que marcharse, Santiago se levantó con pesar y se despidió de Carmen y Patito. Al llegar, a Bruno le preguntó si también se iba. Bruno le dijo que no, que se quedaría para ayudar a limpiar y luego se retiraría hacia su casa. El brillo en los ojos de Patito mientras miraba a Bruno no pasó desapercibido para Josefina. Carmen se levantó para ir al baño, dejando a solas a los dos recientes amigos.
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Game over
FanfictionJosefina Beltrán y Bruno Molina, impulsados por la venganza, desatan un drama retorcido en el colegio. Pero en medio de su plan, surge un amor inesperado entre Bruno y la dulce y talentosa Patito, la inocente victima de todo este caos.