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Antonella caminaba hacia el colegio con pasos lentos y despreocupados. El día anterior había sido la competencia, y ella salió victoriosa por un miserable punto de diferencia contra Patricia Castro. Si no fuera porque uno de los jueces era amigo de su mamá, lo más probable es que hubiera perdido. Mientras caminaba, no muy lejos de ella se vio la espalda de una persona que conocía muy bien. Apresuró el paso y se cruzó de brazos.

- ¿Matías?

El chico alzó la mirada del piso y se giró encontrándose con su novia. Antonella lo observó con intriga en sus ojos.

- Anto, hola. - Matías respondió, pero Antonella frunció el ceño, notando la actitud extraña de su novio.

Antonella arrugó la frente y le tomó del brazo, deteniendo su andar. Ambos se miraron a los ojos.

- ¿Qué te pasa? Estás actuando raro.

- Nada, Anto, solo no dormí bien ¿Feliz? - Matías respondió con tono evasivo.

Antonella volvió a interponerse en el camino de su novio.

- Tenemos que hablar, Matías. Esto no puede seguir así.

Matías suspiró y apartó la mirada por un momento antes de enfrentar a Antonella.

- Anto, entiende, solo no me sentía bien anoche. No es nada contigo.

Antonella apretó los labios, mirando fijamente a Matías.

- No estamos bien, Mati. Desde hace un tiempo, las cosas han cambiado entre nosotros, y ambos lo sabemos. Necesitamos afrontarlo en lugar de ignorarlo.

Matías se pasó la mano por el cabello, visiblemente incómodo. Antonella continuó, decidida.

- Si hay algo que quieres decirme, hazlo. No voy a seguir ignorando que algo está mal. No somos felices, y creo que ya es hora de que enfrentemos la realidad.

La tensión entre ellos era palpable mientras intercambiaban miradas intensas. Finalmente, Matías decidió hablar.

- ¿Besaste a Bruno?

La expresión de Antonella pasó de la confusión a la sorpresa. Matías esperaba una respuesta que claramente ya conocía, pero quería que ella respondiera honestamente. Antonella dio un paso hacia atrás y sonrió con sarcasmo.

- ¿Facundo, verdad?

Matías comprendió a qué se refería y asintió con la cabeza. Antonella movió su cabeza.

- Con hermanos así, ¿para qué enemigos? - murmuró molesta.

- ¿Sí lo besaste? - insistió Matías con molestia.

- Sí, lo besé. - Antonella respondió con confianza. Matías no dijo nada porque no sabía qué decir. Estaba molesto, sí, pero no lo suficiente como para reclamarle, lo cual llamó la atención de Antonella. Siguió hablando.

- ¿No dirás nada?

- ¿Qué quieres que diga? Si ya lo hiciste ¿no? Creo que ya es suficiente todo esto y estoy cansado de siempre lo mismo. - respondió Matías. - A veces comprendo a mi hermana, pero...

- ¡Ja! ¿Hablas de tu hermana ahora? Por favor, Matías, esa víbora es mucho peor que yo.

- ¿Mi hermana te obligó a besar a Bruno? - contraatacó Matías y Antonella se rió.

- ¿Quién sabe? No me sorprendería nada luego de que está intentando meterse en nuestra relación y forzarte a dejarme, ¿no?

Matías frunció su frente y tomó del brazo bruscamente a Antonella, quien soltó un quejido, pero a Matías no le importó.

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