Patito se despertó sobresaltada, con la imagen de Bruno aún fresca en su mente. El beso que habían compartido el día anterior parecía haber desatado un torbellino de emociones dentro de ella. Con torpeza, intenté levantarse de la cama pero sus piernas flaquearon y cayeron al suelo.
"Definitivamente estoy mal, muy mal", pensó mientras se frotaba la cabeza adolorida.
Aún faltaban 15 minutos para que sonara la alarma pero Patito ya no podía conciliar el sueño. Bruno había puesto su mundo patas arriba. Recordaba vívidamente cada detalle: su mirada intensa, el roce suave de sus labios, la calidez de sus manos en su cintura. Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza.
Mientras se vestía, sus manos temblaban ligeramente. Se sintió vulnerable, como si una parte de ella hubiera quedado expuesta con ese beso. Al verso en el espejo, su reflejo le devolvió una mirada sorprendida, casi desconociendo a la chica que tenía enfrente.
El tic tac del reloj resonaba en la quietud de la habitación. Cada segundo parecía dilatar esa sensación de suspense de que Bruno había despertado en ella. Patito se preguntaba si lo que sentía por él iba más allá de una simple atracción.
Con un suspiro, terminó de arreglarse. Bajó las escaleras intentando disimular el torbellino interno ante sus padres. El aroma del café y las sonrisas adormiladas de ellos le dieron la bienvenida en la cocina.
— Buenos días, cariño. ¿Cómo has dormido? - preguntó su madre Carmen.
— Bien... - mintió Patito, impidiendo mirarla a los ojos.
Su padre comentó que tuvo una cirugía temprano ese día. Patito apenas lo escuchó, absorta en sus pensamientos. De pronto, el timbre sonó, sobresaltándola. Carmen fue a abrir, quejándose por la "rebeldía" de su hija últimamente.
Al ver entrar a Bruno, Patito sintió que el piso se movía bajo sus pies. Tosió sin control, como si su cuerpo intentara expulsar la avalancha de emociones. Bruno se acercó preocupado y le dio palmaditas en la espalda mientras su padre le alcanzaba un vaso de agua.
— Buenos días, Patito - saludó Bruno con una sonrisa que no pudo disimular la tensión.
Carmen los invitó a desayunar, esforzándose por aligerar el ambiente. Mientras Bruno y sus padres conversaban, Patito no podía quitarle los ojos de encima, buscando en su mirada alguna señal. De pronto, sintió la mano de él posarse en su pierna y apretar suavemente. El contacto desató una nueva oleada de emociones. Nerviosa y sonrojada, Patito se volvió a toser. Bruno retiró rápidamente la mano pero la complicidad entre ellos se había vuelto palpable. Sin pensarlo, Patito se levantó, lo tomó del brazo y salió de prisa ante la mirada atónita de sus padres.
— Se nos hace tarde, ya nos vamos. — Dijo sin más antes de salir de la cocina.
La tensión entre Patito y Bruno se volvía palpable mientras caminaban juntos, sus manos entrelazadas como un símbolo de conexión incierta. La mente de Patito era un torbellino de pensamientos y emociones contradictorias, y la figura de Matías Beltrán rondaba en su conciencia como un misterio no resuelto.
Cuando Bruno la besó fugazmente, la confusión de Patito se intensificó. Al liberarse de la conexión física, ella le pidió que evitara repetirlo en su casa, temerosa de las miradas indiscretas de sus padres. Bruno aceptó, pero sus ojos revelaban una mezcla de decepción y curiosidad.
— ¿Tiene algo de malo que nos vean juntos? —preguntó Bruno, tomando la mano de Patito mientras continuaban caminando.
— No, o sea sí... Mis padres son algo complicados en ese aspecto. —Patito intentó resistirse a la conexión, pero algo en su interior le impidió retirar sus dedos entrelazados.
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Game over
FanfictionJosefina Beltrán y Bruno Molina, impulsados por la venganza, desatan un drama retorcido en el colegio. Pero en medio de su plan, surge un amor inesperado entre Bruno y la dulce y talentosa Patito, la inocente victima de todo este caos.