12

194 19 2
                                    


Josefina mantuvo la compostura, cruzando las piernas con elegancia mientras observaba a Bruno con una ceja alzada. En tanto, Bruno, visiblemente molesto y furioso consigo mismo, se esforzaba por lidiar con la complicada situación en la que se encontraba.

El patio delantero se convertía en el escenario de sus conflictos internos, con la luz del sol filtrándose entre las hojas de los árboles y creando un juego de sombras en el suelo. La brisa ligera movía suavemente los mechones de cabello de Josefina, mientras que las expresiones tensas de ambos contrastaban con la aparente tranquilidad del entorno.

- Ni siquiera sé qué decirte, Bruno. Me dijiste que ya no quieres continuar con esto porque no quieres lastimar los sentimientos de Patito. - Josefina rodó los ojos con expresión de incredulidad, sus rizos saltaron a su alrededor con un gesto decidido. - Y ahora apareces como un desquiciado queriendo vengarte nuevamente de Antonella. Simplemente no lo entiendo.

Bruno, absorto en sus pensamientos, se enfrentaba a la encrucijada emocional que lo rodeaba. La sombra de sus errores pasados se reflejaba en sus ojos, mezclándose con la determinación y la rabia contenida.

- No tienes que entender nada, solo ayúdame, ¿sí? Ambos queremos que Antonella pague por todo.

La tensión en el ambiente aumentaba, y el murmullo de los estudiantes que transitaban cerca se mezclaba con la conversación intensa de ambos jóvenes. El patio se convertía en un testigo silencioso de las complejidades que se desplegaban ante ellos.

- No, de hecho, ya no me importa mucho vengarme. Maty está enojado con Antonella por lo de Patito, y además tengo otro plan en mente.

El viento jugueteaba con las hojas caídas en el suelo, creando una atmósfera inquietante que acompañaba la revelación de Josefina.

- ¿Y cuál sería ese plan? - preguntó Bruno con un ceño fruncido, sumergiéndose en la trama que se tejía a su alrededor.

La propuesta de Josefina resonaba en el aire, y la expresión de Bruno se tornaba incómoda, reflejando su desacuerdo en la nueva dirección que tomaba la historia.

- ¿Estás loca? - replicó Bruno, apretando los labios en señal de desacuerdo, mientras el escenario exterior se mantenía en aparente calma.

- ¿Disculpa? - respondió Josefina, molesta por la reacción de Bruno, desafiando la serenidad aparente del lugar.

Bruno negó con la cabeza, expresando su desacuerdo con el nuevo plan de Josefina Beltrán. La simple idea de que Matías volviera a estar con la chica que él quería conquistar le resultaba repugnante.

- No me parece tu idea. Hemos quedado en que enamoraría a Patito.

- Pero Patito gusta de mi hermano, ¿o no? Tú mismo me lo dijiste, Bruno.

Bruno tercamente negó con la cabeza, dejando ver la lucha interna que se desataba en su mente.

- Olvídalo, eso no va a pasar. Patito se va a enamorar de mí, será mi novia y me vengaré de Antonella.

Sin esperar más palabras de la boca de Josefina, Bruno se alejó molesto hacia la siguiente clase que estaba por comenzar. Era consciente de que estaba solo en esto y no podía dar un paso atrás, convencido de que enamorar a Patricia Castro sería sencillo. La determinación ardía en sus ojos, decidido a llevar a cabo su plan, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.

A lo lejos, Bruno vio a Antonella, quien estaba charlando con su grupo de amigas. El entorno exterior, aparentemente tranquilo, contrastaba con su caos mental que se desarrolla en el interior de su persona. Todo parecía patas arriba de un momento a otro; ya no tenía a Santiago, ya no tenía a Antonella, Josefina le dio la espalda y Matías lo tenía entre ceja y ceja.

- ¿Se puede saber qué bicho te picó a ti? - preguntó Gonzalo, su hermano, observándolo con curiosidad.

Bruno salió de sus pensamientos y miró a Gonzalo con expresión ausente.

- ¿Por qué lo dices?

- Parece que estuvieras matando con la mirada a todo aquel que pasa.

Bruno negó con la cabeza y se volteó para ver a su hermano. Gonzalo lo observó, preocupado por lo que pasaba por esa cabeza.

- Necesito tu ayuda, Gonza.

- ¿Qué quieres hacer?

Bruno, por el rabillo del ojo, vio a esa rubia con coletas caminar mientras conversaba animadamente con Matías Beltrán. Bruno apretó la mandíbula, molesto.

- Quiero que Patito se enamore de mí, Gonza. - dijo Bruno con un tono de voz decidido, mientras el entorno exterior continuaba su curso con la aparente normalidad de un día más.

- ¿Qué? - respondió Gonzalo sin poder creer lo que decía su hermano. - ¿Y Antonella?

-Ya no me gusta, Gonzalo. Ahora me interesa aquella chica. - Bruno señaló a Patito, quien seguía sonriendo con cada palabra que decía Matías. Gonzalo frunció el ceño, completamente confundido.

-Hermano, no te entiendo... ¿Por qué Patito? Teniendo a tanta chica linda detrás de ti, vas y te fijas en... Patito.

El tono despectivo que usó Gonzalo Molina no le agradó en absoluto a Bruno. Este alzó una ceja.

- ¿Qué tiene de malo que me interese Patito? Ella es grandiosa, agradable y simpática.

Gonzalo, vencido por la mirada de su hermano, aceptó a regañadientes.

-Ok, te ayudaré... No sé cómo, porque yo con Patito nunca hemos cruzado palabra.

- Pues, debes empezar a hablar con ella, porque esa chica será tu cuñada en algún momento.

Gonzalo rodó los ojos y Bruno siguió observando a Patito, quien reía junto a Matías. El ambiente continuaba con su ritmo cotidiano, ajeno a los cambios que se avecinaban en la vida de aquellos dos jóvenes. La luz del sol pintaba de tonalidades cálidas el cielo. Gonzalo vio de reojo a su hermano, quien miraba fijamente aquella rubia.

Gonzalo vio de reojo a su hermano, quien miraba fijamente a aquella rubia. "¿Realmente te gusta, Bruno?" pensó Gonzalo, observando con más detalle la mirada determinada de su hermanito. Aquellos sentimientos desconocidos se entretejían en el aire, y la osadía de Bruno dejaba entrever un nuevo capítulo en su vida amorosa.

:)

Game overDonde viven las historias. Descúbrelo ahora