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El telón comenzó a abrirse, revelando el escenario iluminado y listo para recibir a los participantes. Antonella se estremeció de emoción, al igual que Patito. Ambas contemplaban aquel escenario como un momento único en sus vidas. Uno por uno, fueron llamando a los concursantes, y Patito observaba fascinada la cantidad de personas con tantos talentos.

El temor comenzó a carcomer su seguridad, la cual se había forzado tanto a tener. Se había repetido constantemente que ella podía lograr subirse a aquel escenario y brillar por sí sola frente a toda esa gente. Dejaría que su voz a través de esa canción fluyera, así como sus sentimientos en aquellas palabras cuando decidió escribir esa canción.

Mientras observaba la presentación de Pia, la amiga de Antonella, su mente se sumió en las profundidades de sus sentimientos. No comprendía qué había pasado por su mente en ese momento, qué sucedía en ese instante. Se había confesado a Matías, su único amor. Fue como un alivio momentáneo esa noche; sin embargo, había algo extraño en todo eso. Le dijo a Matías lo que sentía por él desde hace mucho tiempo, pero ¿por qué cuando escribió esa canción, el rostro de Bruno apareció en su mente?

Su sonrisa tan dulce, su mirada traviesa y la manera tan única que tiene su personalidad fueron una gran inspiración para ella. Patito entró en pánico al darse cuenta de que quizás, solo quizás, había una posibilidad de que Bruno esté tomando terreno en su corazón, el cual creía que era netamente de Matías.

Unas manos rodearon su cintura de manera sorpresiva, Patricia se giró asustada encontrándose cara a cara con aquel ladrón de corazones.

— ¿Te asusté? — Dijo Bruno con una bella sonrisa en el rostro.

— Quizás... — Respondió Patito con un leve tartamudeo, Bruno carcajeó con ternura. — Estaba distraída, no te sentí.

Patito se giró para aplaudir la presentación de Pia, quien ya había terminado. Abrazó por la cintura a Patricia y apoyó su rostro en el hombro de ella respirando su dulce perfume. Últimamente era su aroma favorito. Patito sintió el cosquilleo por la respiración de Bruno en su cuello, su cuerpo entero reaccionó a él.

— Patito, me gusta tu perfume.

— ¿Sí? A mí me gusta el tuyo. — Confesó.

Bruno se quedó quieto y se apartó de ella para observarla. Patricia al ya no sentir la calidez de Bruno se giró para verlo. Él la miró impresionado.

— ¿Pasa algo? — Preguntó inocentemente Patito.

Bruno negó con la cabeza. La atención de Patito volvió hacia la competencia, donde la directora llamaba a Josefina Beltrán para su presentación, pero ella no aparecía por ningún lado. Patito observó a su alrededor buscando a la joven, pero no la encontró, solo vio a Tamara y Belén, pero no eran tan cercanas como para preguntar por la hermana de Matías.

— Qué raro, ¿en dónde estará Jose? — Dijo Patricia mirando al escenario donde la directora Inés llamaba por última vez a Josefina.

Bruno subió sus hombros restando importancia al asunto; lo que menos le interesa en ese momento es Josefina Beltrán, de hecho, no les interesan los hermanos Beltrán. Bruno tomó de la mano a Patito, y ella lo miró pero no quitó su mano.

— Patito, me gustaría preguntarte algo.

— ¿Sucede algo Bruno?

Patito miró por última vez el escenario donde Antonella se posicionaba para comenzar su presentación. Bruno jaló suavemente a la menor. Bruno sintió una extraña necesidad y ese mal sabor de boca no se lo quitaba nadie y aunque quisiera ignorarlo, no podía. Patito conectó mirada con Bruno, al verse mutuamente a los ojos sintió cómo su cuerpo temblaba. Una sensación única y especial recorría su cuerpo.

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