Después de que la adrenalina saliera de mi cuerpo, no podía dejar de pensar y recordar las palabras de mi padre, su expresión indescriptible al decirme sobre el acuerdo de matrimonio. Una parte de mí aún no procesa la información.
El camino de regreso fue silencioso, de nuevo llevo puestos los tacones y el vestido que me hacen sentir como un maniquí al que solo visten para exhibir. Lisa manejó en silencio y respetó mi espacio, al llegar al café dónde mi guardaespaldas me esperaba, simplemente me miró con cariño y tomó mi mano dándole un fuerte apretón antes de soltarla.
Cuando salí de su coche de inmediato noté la camioneta negra que estaba aparcada del otro lado de la carretera. Supe al instante que era Román y me aproximé a ella.
Ahora mismo estamos de camino a casa, Román no ha dicho ni una palabra desde que subí al asiento trasero. simplemente se dedicó a manejar en silencio.
Normalmente trataría de entablar una conversación con él como es costumbre, pero ahora mismo mi mente está en otro lugar, mis pensamientos son traicioneros y aunque hago todo lo posible, no puedo evitar seguir repitiendo una y otra vez la palabra “matrimonio" entre susurros imperceptibles.
Sino hubiera escapado, ahora mismo estaría conociendo a mi prometido y mi carcelero de por vida. Tan solo de pensar en mi futuro al lado de un hombre al que no elegí como esposo, me produce arcadas y mis ojos se llenan de lágrimas que no derramo por no aparentar debilidad.
Esta tarde me permití llorar, fuí debil en la soledad de mi habitación y descargué mi frustración en llanto y gritos ahogados por una almohada. Pero no puedo dejar que me perciban como una mujer débil, no me importa si la única persona que está conmigo en el auto es mi guarda espaldas desde hace más de quince años.
Carraspeo en un intento de desaparecer el nudo que se forma en mi garganta y decido romper el silencio que nos rodea.
—¿No dirás nada? —Mi voz se escucha rasposa, aún así Román sigue conduciendo sin prestarme atención.
Decido no insistir más y me dispongo a ver los autos pasar por nuestro lado. Sé perfectamente que Román tiene todo el derecho de estar enfadado. Salí de casa sin él, desaparecí sin decirle nada y no quiero ni imaginar lo que mi padre hizo al darse cuenta de mi desaparición.
Toda la responsabilidad recae en él, cuando decidí escaparme no tomé en cuanta que también estaba poniendo en peligro a el hombre que ha cuidado de mí durante años.
Al ver que estábamos por llegar, mi respiración se entrecorta, mi corazón comienza a latir con más intensidad y mis manos se ponen sudorosas.
Sé que mi padre está esperándome despierto y tengo miedo de su reacción, tengo miedo de sus palabras. Pero más me aterra las consecuencias que tendré al irme justo en la cena más importante.
Román se estaciona unas calles antes de llegar a casa y lo miro con el seño fruncido.
«¿Por qué aparcamos aquí?» Estoy a punto de preguntarle cuando se gira hacia mí.
—Ciara, te conozco desde que eras una niña. Eres desafiante, guerrera, fuerte. Supuse que no te quedarías de brazos cruzados cuando te enterarás de los planes de tu padre —comienza a decir y un alivio inmenso me embarga. No puedo soportar su indiferencia o sus silencios a causa de la decepción.
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matrimonio perfecto. {En Proceso}
أدب المراهقينUn matrimonio falso, dos personas completamente diferente viviendo en la misma casa, aparentando ser la pareja perfecta para los medios, mientras en privado hacen hasta lo imposible por no matarse... Literalmente. Ciara Pussett; una chica rebelde y...