Un matrimonio falso, dos personas completamente diferente viviendo en la misma casa, aparentando ser la pareja perfecta para los medios, mientras en privado hacen hasta lo imposible por no matarse... Literalmente.
Ciara Pussett; una chica rebelde y...
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Capitulo sorpresa de madrugada. 🥳 Espero lo disfruten mucho, no he terminado de escribir el capítulo 16 pero tampoco podía esperar a subir este, me encanta y más porque hay una pequeña parte desde la perspectiva de Alessandro.
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Pov: Alessandro.
Su rostro se llena de horror en cuanto pronuncio la palabra cita. Debo confesar que me divierte bastante lo mucho que odia mi compañía, porque a partir de hoy tendremos que convivir aunque sea solo para la prensa.
Esto me gusta tanto como a ella, cada vez que la miro mi mente se llena de pensamientos asesinos, me imagino mil maneras de cerrarle la boca y hacerla cambiar su actitud de niña mimada.
No soy su puto niñero y aún así tengo que perseguirla por todo Londres, para llevar a cabo el plan en el que estuvo de acuerdo. Esto es una pesadilla para mí.
Sin demostrar mis verdaderos pensamientos, la guío a mi coche con la mano en su espalda baja. Soy consciente de las miradas de interés que nos lanzan los universitarios que no tienen nada mejor que hacer, más que cuchichear respecto a la vida de los demás.
—No voy a ningún lado contigo —replica Ciara y se separa de mí antes de llegar al coche.
—No te estoy preguntando si quieres, Pussett —murmuro en tono grave, la paciencia no es una de mis virtudes y la princesa Pussett es experta en terminar con ella en tan solo segundos.
Sus ojos llameantes me fulminan y, antes de que vuelva a decir una estupidez, como que no soy nadie para darle órdenes. Me acerco lo suficiente a ella para llamar más la atención de los chismosos con celulares.
Estoy seguro que sus redes sociales explotarán por las reacciones de las fotos que suban de este momento.
—Te recuerdo que estuviste de acuerdo con esta mierda de citas, no te vengas a hacer la digna en este momento porque no te queda, Pussett —digo entre dientes sin despegar mi mirada de la suya. Puedo notar la rigidez en su cuerpo y por un segundo, mi mirada se dirige a sus puños cerrados —. Ahora sube al coche y finge una maldita sonrisa, hazles creer que es el mejor día de tu vida y no me hagas las cosas más difíciles.
