7:La mía bellissima fidanzata

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POV: Alessandro.

Camino por el largo pasillo hasta llegar a la puerta que me lleva directo al jardín. La casa de la familia Pussett es grande y me es difícil orientarme.

Al llegar, me doy cuenta que tiene bastante vigilancia. Lucio Pussett es demasiado paranoico, ¿doblar la seguridad solo para una cena?

Ignoro a todos los sirvientes y camino despreocupado hasta llegar a un árbol, el más grande del lugar por lo que veo. Termino bajo sus ramas y desde aquí se puede ver con claridad la mayoría del jardín. Veo las flores y los arbustos, también observo que hay un camino de concreto justo para no pisar el pasto. En cada esquina hay por lo menos tres guardias en custodia, que estupidez.

Saco un cigarrillo y comienzo a fumar para aliviar el estrés. Este día fue una mierda. Y ni que decir de la cena. Aún siento el olor del vino barato impregnado en mi camisa. Inconcientemente desvío mi mirada hacía donde debería estar la mancha y no veo nada.

Al menos la hija mayor de Lucio hizo algo para enmendar su error y trató de limpiarla, algo que obviamente no consiguió así que tuve que mandar a mis hombres a comprarme una completamente nueva.

Le doy la última calada al cigarrillo y retengo el humo por un par de segundos para después soltarlo poco a poco. Aplasto la punta contra el árbol y cuando me doy cuenta que ya está completamente apagado, lo tiro al suelo.

Me quedo observando la puerta por la que entré y distingo una figura en la oscuridad, muevo la cabeza tratándo de distinguir quien es y sonrió de lado cuando me doy cuenta que se trata de la hija mayor de los Pussett.

Amber trata de esconderse para que no la descubra acosandome, pero no se da cuenta que ya la ví. Aparto la mirada de ella y hago como si nunca me hubiese percatado de su presencia.

La situación me hace recordar mi confusión de hace unas horas. Cuando llegué y ví a la familia reunida, el aspecto deprorable de Lucio me dió la bienvenida. Traté de ser cortés pero desde lejos pude distinguir la palides de su rostro.

Pero no se compara con el color rojizo que tomaron las mejillas de Amber cuando la confundí con su hermana. Sus ojos se agrandaron y su boca se abrió en una perfecta “o" cuando me acerqué de dos zancadas y tomé su mano entre las mías para depositar un casto beso en ella.

—Es un placer conocerla por fin, señorita Pussett —dije mirándola a los ojos, el color grisaseo se volvió más intenso al escuchar mis palabras —. Su belleza no le hace justicia a su nombre. Ciara, así se llama, ¿No?

De inmediato sus ojos perdieron ese brillo y su rostro se tornó rojo. Trató de hablar pero las palabras no salieron de su boca y simplemente negó con la cabeza antes de agacharla.

Fruncí el seño ante mi confusión y solté su mano que de inmediato escondió tras su espalda. Miré a Lucio en busca de una explicación y este me devolvió la mirada con dureza, aunque pude distinguir un atisbo de vergüenza en sus ojos.

—Ciara no se encuentra, surgió una emergencia y tendrá que quedarse en casa de una amiga. Nosotros… nosotros lo lamentamos mucho y… —balbuceó la señora Pussett. Por su tono de voz y su obvio confusión al hablar, supe que mentía, aún así solo asentí y dí dos pasos hacia atrás mientras me erguia y entrelazaba mis manos en mi espalda.

—Yo no fuí notificado al respecto —dije con voz neutra—. De ser así, creo que debería retirarme.

Me dí la vuelta dispuesto a marcharme, no podía concebir la idea de hacer un viaje tan largo hasta su casa para que la mujer que se supone será mi esposa, no estuviera. Es inaudito. inaceptable.

matrimonio perfecto. {En Proceso}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora