Prohibido Tocarte

XIII

Nela POV.

Ya habíamos salido todos del apartamento de Clau, en ese momento no me percaté de nada hasta que me encontraba en la puerta de la recepción del edificio cuando sentí el frío abrumador de la ciudad, justo ahí me di cuenta que no traía mi chaqueta conmigo.

-¿Pasa algo Nelita? -pregunto Biasso quien me llevaría a casa esa noche ya que no había traído mi carro porque se encontraba en el taller, por esa razón llegue tarde, porque me vine en taxi y siempre es un poco demorado.

-Si, olvidé mi chaqueta en el apartamento de Claudia y el frío de esta noche es intenso, ¿crees que debería subir? -le pregunté.

-Por supuesto que sí tonta, como te das cuenta traigo un saco de lana si tuviera un abrigo o algo te lo cediera con gusto, subir es tu única opción ahora. -dijo dándome unas palmaditas en la espalda.

-Esta bien, pero vete, no te quiero retrasarte se que tienes afán por llegar a casa a ver a tus hijas, yo me puedo ir en taxi. -le dije con voz gentil.

-¿Estás segura? porque yo podría esperarte.

-Si si segurisima, por favor ve y descansa. -le dije dándole un abrazo y un beso en la mejilla -te quiero mucho Biassini.

-Y yo a ti Nelita, cuidate mucho al regreso por favor, me avisas en el segundo uno que llegues a tu casa. -dijo y finalmente se marchó.

Me quedé un rato ahí mientras ya no podía divisar su carro y otro rato pensando si subir o no porque ahora estaríamos completamente a solas y eso me ponía muy nerviosa.

Estaba a nada de agarrar una hipotermia por estar tanto tiempo afuera hasta que tome el valor y subí, una vez ya en su puerta pensé seriamente irme y morir congelada, quizás esté exagerando un poco pero ya era parte de mi.

Tome una fuerte bocanada de aire y toque el timbre, estaba temblando realmente por el frío y los nervios, cuando la puerta se abrió y dejo ver a una Claudia solo con una toalla de baño sentí mis piernas flaquear.

-Hey, hola ¿que haces aún aquí? -preguntó con curiosidad

-Mi... mi... chaqueta se quedó aquí. -dije dije mientras temblaba.

-¡AH SÍ! tu chaqueta, debes estar congelándote, ven pasa. -dijo ayudándome a entrar y cerrando la puerta detrás de ella.

-Colócate aquí al lado del calentador mientras te preparo un poco de té para que tu cuerpo se regule un poco. -dijo sentándome en el sofá y cubriendome con una pequeña manta que ahi habia.

-Muchas gra...acias. -le dije mientras sentía sus manos subiendo y bajando por mis brazos tratando de darme un poco de calor.

Se alejó en dirección a la cocina a prepararme un té caliente.

-No quiero causar molestias, así estoy bien. -no quería que se esforzara tanto, debía estar cansada por todo el día de hoy.

-No te preocupes, no estás causándome ninguna molestia. -dijo mirándome con una pequeña sonrisa.

-¿Trajiste tu carro o alguien vendrá por ti? -preguntó mientras se acercaba a mi con una taza en sus manos.

-No, llamaré un taxi. -le dije mientras le recibía el té.

-No, de ninguna manera, ya es muy tarde ¿por qué no te quedas aquí esta noche? -casi me ahogo cuando la escuche decir eso.

Noto mi nerviosismo y me dijo:

-O acepta que yo te lleve a tu casa para asegurarme que llegues a salvo. -termino diciendo.

Admito que era la oferta más tentadora pero no la mejor opción porque eso implicaría que ella tendría que volver sola y ya era muy tarde para eso.