XVIII

632 38 8
                                    

Claudia POV.

Caminamos torpemente subiendo las escaleras del edificio de Nela, en la quietud de la noche solo se escuchaban nuestros tacones sobre la baldosa y mi respiración errática, percibía la calidez de su cuerpo detrás de mí, apenas mantenía la distancia y temblé ante la anticipación que me causaba la posibilidad de tocarla de nuevo.

Llegamos por fin al piso donde vivía Nela y de repente una presión suave y gentil hizo presión sobre mi espalda, me pegó a la puerta y acarició suavemente mis piernas, besó mi cuello lentamente haciéndome perder la cabeza.

-Nela...- reprimí el gemido que luchaba por abandonar mi garganta.

Ella no abandonaba mi cuello, seguía dejando pequeños besos húmedos sobre el, me dio la llave de su apartamento sin ninguna intención de abandonar mis piernas, intente meter la llave en el cerrojo pero justo en ese momento Nela bajo levemente el cierre de mi falda hasta que tuvo espacio para meter su mano por mi ropa interior, así era incapaz de concentrarme.

-Abre la puerta, Clau... -dijo en un tono desesperado.

-No... no puedo. -entre avergonzada y excitada me apoye sobre la superficie de madera, estaba helada, pero necesitaba eso para evitar que el fuego de mi cuerpo me consumiera, apenas podía reconocerme cuando ella me sostenía de esa manera.

-Dámelas.

Escuche el clic de la cerradura y Nela envolvió sus brazos a mi alrededor, llevándome adentro con ella y cerrando la puerta de un golpe, era como un juguete en sus manos aunque muy consciente de las deliciosas caricias que se empeñaban en despojarme de cada prenda que cubría mi cuerpo.

-Por Dios Nela... -jadee desesperada mientras ella me acorralaba contra la pared y deslizaba una pierna entre las mías.

-¿Quieres que siga? -pregunto separándose de mis labios por la falta de aire.

-Si... -dije sin pensarlo tanto.

-¿Estás segura Claudia? -pregunto una vez más.

-Si Nela, te necesito. -le dije con firmeza y un poco de súplica en mi voz.

-Eres hermosa. -dijo sobre mis labios mientras volvía a besarme con desesperación, se deshizo de mi blazer y bajó por completo el cierre de mi falda dejandome en solo ropa interior frente a ella, se separó para quitar mi falda completamente y me miró por unos segundos.

-¿Te gusta lo que ves Marianela? -pregunte con un poco de diversión.

-Es la vista más hermosa que he tenido en mucho tiempo. -respondió volviendo a devorar mis labios con esa agresividad que nos estaba caracterizando esta noche.

Me agarro de la cintura y sin esfuerzo alguno alzo mi cuerpo haciendo que enrollara mis piernas en su cintura, se sentó en el sillón de la sala y me posicionó de tal manera que mi centro quedó en medio de su pierna.

-Muévete Clau. -Me ordenó imperiosa, abriendo el broche detrás de mi bralette dejando mis pechos completamente expuestos a ella.

Me sometí a ella completamente, mis caderas empezaron a danzar suavemente sobre ella tratando de encontrar alivio al deseo que me estaba quemando y apenas me dejaba respirar, necesitaba sentirla, la necesitaba con urgencia,

-No sabes cuanto tiempo estuve esperando este momento. -dijo dando un húmedo beso entre mis pechos que en este punto ya se encontraban más que sensibles.

-Yo estuve esperando por ti toda la noche, preguntándome por qué era ella y no yo quien te tocaba. -dije con voz entrecortada.

-Nadie podría tocarme como tú -admitió colocando sus manos sobre mi cadera y aumentando el ritmo de estas sobre ella.

Prohibido TocarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora