Prohibido Tocarte

XXXIII

Claudia POV.

Pensé que me besaría... realmente quería que lo hiciera, quería volver a sentirla, volverme a sentir amada pero ella solo se alejó y se disculpó, el resto del viaje fue un poco incomodo pero trate de no pensar tanto en lo sucedido por más difícil que fuera, me sentí rechazada pero entendía que ella estaba un poco confundida aún, eso quería pensar.

Durante el trayecto restante me estuve moviendo de asiento visitando al resto de los muchachos intentando a toda costa pasar el menor tiempo posible a su lado, le daría el tiempo que ella estaba necesitando para pensar, fue un viaje agradable después de todo y ya estábamos por llegar.

No tenía idea alguna de a donde iríamos ni que haríamos pero me emocionaba el hecho de tener un poco de paz después de esos días tan malos que habíamos tenido.

Toda la semana la pase con mis hijos lo cual me ayudó a curar de a poquito mi corazón, ellos eran mi curita al alma, los aproveche y llene de amor durante todo el tiempo que estuvieron conmigo, no me separe ni un minutos de ellos.

Sobre Simón... se despido de los niños la tarde del día del incidente y dijo que tenía asuntos pendientes en Miami, me resultó extraño que no me hubiese reclamado, insultado o amenazado antes de irse, al final solo se despidió de Samuel y Luca y a mi me dedicó una mirada fría pero nada más, espero que no regrese durante un largo tiempo.

-¡LLEGAMOS! -escuché gritar a Biasso sacándome de mis pensamientos.

-¡Por fin! ya no sentía mis nalgas. -dijo Dani mientras todos reíamos.

Nos bajamos lo más rápido que pudimos buscando aire fresco y espacio para mover nuestros cuerpos, cuando todos tuvimos tiempo de adaptarnos de nuevo al ambiente nos dimos cuenta que estábamos frente a una gran casa, ellos realmente tenían las cosas muy bien planeadas pensé.

Era una casa costera muy tradicional y bonita, era amplia y tenía un jardín inmenso y eso es todo lo que podía describir desde afuera.

Entramos a la casa y por dentro era aún más bonita y armoniosa, se sentía tanta paz en aquel lugar que quise quedarme ahí toda la vida.

-Tengo que decirles algo -dijo Adrian en mitad del salón de la gran casa. -Las habitaciones son compartidas por parejas al azar, tendrán que escoger un papel de este bote y sabrán quién será su compañero. -sonrió con malicia ¿Qué estarían planeando ahora?

-Nela, como eres la celebrada tendrás el honor de escoger primero. -escuche decir a Biasso mientras este la empujaba hacia adelante.

Nela pasó al frente y metió su mano dentro de la gran tela negra para sacar el respectivo nombre de su compañero de habitación.

-Cla... Claudia. -quede paralizada cuando leyó mi nombre y me miraba con nerviosismo, esto tiene que ser una broma, es increíble.

-¡UUUYYYYYY! -todos gritaron al unísono, esto no podía ser más que otra obra de estos pequeños demonios.

-Exacto Nela, te toca compartir habitación con Clau, mucha suerte. -dijo Adrian guiñándome un ojo lo que me confirmó completamente que todo esto había sido planeado. -Vayan a dejar sus cosas. -dijo empujándonos a ambas en la misma dirección.

Cuando quedamos completamente solas en frente de la puerta de la habitación la miré y le pregunté.

-¿Estás segura de que quieres que me quede aquí? -guardaba la esperanza de que me dijera que sí pero no sabía si era buena idea después de lo que pasó hace un rato.

-Si, no hay nadie en esta casa con quien mas quisiera estar que contigo. -soltó sin pensarlo y podía sentir como mis mejillas empezaban a arder.

Entré rápidamente a la habitación tratando de ocultar mi cara avergonzada y cuando entramos nos dimos cuenta que había una sola cama, reímos al tiempo porque ahora éramos conscientes de lo que realmente estaba pasando aquí.