Para su amigo despilfarrador, Bassanio, Antonio decide firmar una fianza con Shylock que le obliga a dar una libra de carne de su cuerpo si no devuelve el préstamo. ¡En serio!
Esta escena me ha hecho sentirme muy bien. No me importaría perder unos cuantos kilos de mi cuerpo, pero esto era llevarlo demasiado lejos.
Shylock no está bromeando contigo, Antonio! El hombre te odia, aunque tiene buenas razones para ello, y tú eres demasiado engreído para ver sus planes.
El mercader de Venecia, de William Shakespeare.
Esa era la obra que había seleccionado para la tarea de inglés que el señor Crones nos había pedido que presentáramos al final del semestre.
Era sábado y no tenía ningún sitio al que ir, así que decidí ponerme por fin a trabajar en ello, en lugar de dejarlo para una semana antes del plazo. Estaba repasando un resumen de la obra en mi portátil para revisar la trama, poniendo los ojos en blanco ante la estupidez de los personajes.
Yo ya conocía bien esta obra, ya que en mi anterior colegio, nuestro profesor había querido que la leyéramos durante las vacaciones de verano.
Siendo un entusiasta de la literatura, yo era una de las empollonas que realmente lo había hecho.
Esta obra de Shakespeare ofrecía muchos temas políticos con los que podía trabajar, como el antisemitismo contra Shylock, el poder y la riqueza en su sociedad, la cultura de amos y siervos y, obviamente, un poco de feminismo por parte de la heroína, Portia.
Era suficiente para las cinco mil palabras que el Sr. Crones quería de nosotros.
Mi teléfono, que estaba al lado del portátil, sonó. Vi el nombre de Addison antes de contestar. -Hola.
-Keily, hay una fiesta en la casa de Keith esta noche. Prepárate. Te recogeré a las ocho ordenó mi prima desde el otro lado de la línea.
Keith estaba en el equipo de atletismo con Addison, y por lo que ella me había contado, sus padres estaban fuera de la ciudad la mayor parte del tiempo, dejándole hacer fiestas casi cada dos fines de semana.
-Ya son las seis, y me lo dices ahora. -Miré la barra de tareas en la pantalla frente a mí.
-De ninguna manera me estás abandonando de nuevo. Ya habéis ido a por un helado sin mí - resopló Addison-. No puedo creer que me haya perdido el drama entre Lucas y James.
Parecía enfadada por esta última parte.
Sadhvi y Addison estaban muy unidas, y tenía iy mis sospechas de que debía ser ella quien le contara a Addison la riña entre Lucas y James por mi en la heladería.
-No fue nada sensacional. Estoy seguro de que ya deben estar bien. -Espero. El viaje en coche de vuelta a mi casa con James había sido un poco mejor que el de la heladería. Parecía mucho menos aterrador. Incluso me había preguntado si me había gustado el helado.
Mi simple <<Sí»> había sido seguido por su burla: -Por supuesto que te gusta comer cosas. Incluso de buen humor, podía esperar que James fuera un gilipollas, pero esa vez, su comentario había sonado desenfadado.
Supuse que su cambio de humor tenía que ver con que Lucas no discutiera más con él por dejarme en casa. Es un niño tan malcriado.
-¿Qué pasó contigo, Lucas y James?- Addison preguntó.
-Nada inusual. En cálculo, Lucas fue a por James cuando me insultó.-Bajé el tono, sin querer contarle todos los detalles.
Pero esta vez, fue un poco más lejos, por lo que no lo habían superado cuando nos encontramos en la heladería.
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La Gran Keily<<<
Teen Fictionkeily siempre había sido de talla grande y aunque siempre ha tenido sus inseguridades, nunca a dejado que se interpusieran en su camino. Eso es hasta que cambia a una nueva escuela donde conoce al mayor imbecil de la historia: James Haynes. El no pi...