-Oh Dios, ese bastardo tenía a tus padres comiendo de su mano. -Addison se rió.
-No sé si mis padres son crédulos o si James es así de bueno -resoplé. Mis manos se movieron entre las docenas de vestidos que colgaban frente a nosotras en un soporte. Fruncí el ceño al ver sus tallas pequeñas.
-Al menos se ha comportado añadió Sadhvi con una sonrisa.
Addison y Sadhvi me habían invitado a acompañarlas en su día de compras. Era nuestro día de chicas recorriendo diferentes tiendas en distintos centros comerciales, y comiendo comida callejera entre medias.
Lola no pudo venir, pues ya tenía planeado un asunto familiar.
Ahora mismo, estábamos en la tercera tienda del día, buscando vestidos de fiesta.
Hasta ahora, Addison y Sadhvi se habían probado millones de trajes, pero no habían comprado ninguno, aunque la mayoría de ellos les quedaban fabulosos.
Yo mientras tanto, buscaba desesperadamente algo decente de mi talla. No es de extrañar que no fuera una entusiasta de las compras.
Encontrar la ropa adecuada para mí era como buscar un tesoro en una isla remota.
Cada vez que me gustaba algo, resultaba que no estaba disponible en mi talla, y por alguna rara casualidad si lo estaba, el conjunto perdía toda su belleza una vez que me lo ponía.
Mi madre había trabajado muy duro para conseguir la ropa que tenía, y yo se lo agradecía, porque estaba bastante bien. Dios sabe cómo lo hizo.
Deseo no ser gorda. La vida sería mucho más fácil si no lo fuera.
Aunque no me gustaba ir de compras, estaba aquí porque en mi armario faltaba ropa de fiesta, y el viernes se celebraba una fiesta después del partido. Los chicos de Bradford seguro que salían de fiesta.
No quería repetir modelito, así que decidí poner en práctica mi dinero de bolsillo y comprar algo. Pero parecía que no iba a gastar mucho.
-Podrías haberles dicho a tus padres que se metía contigo dijo Addison, colocando un top azul claro sin hombros en la percha frente a ella y mirándose al espejo.
-Eso habría bajado su encanto un poco.
Había narrado el incidente de ayer con la visita de James a mi casa, omitiendo la parte en la que él y yo habíamos actuado de forma extraña y estuvimos a punto de... um... ¿besarnos?
Las chicas ya tenían sus teorías, y yo no iba a echarles más leña al fuego, sobre todo cuando yo misma no podía entender lo que estaba pasando.
-No lo sé-respondí. Me pareció una tontería delatarlo ante mis padres. No quiero parecer infantil. Además, no quería que James me considerara más cobarde de lo que ya era.
-En cierto modo lo entiendo. A veces los padres pueden complicar las cosas. -Addison volvió a poner la tapa.
-Sobre todo cuando te siguen tratando como a un niño de doce años-coincidió
Sadhvi. Supuse que había tenido sus propias experiencias.Sadhvi eligió un vestido del puesto en el que estaba escarbando. Sentí envidia por la facilidad con la que encontró su talla.
Voy a probarme este. Nos hizo un gesto con el vestido antes de ir al vestuario.
¿Has encontrado algo? -me preguntó Addison.
Sacudí la cabeza. No hay nada bueno en mi talla.
Ella y Sadhvi se habían reservado unas cuantas prendas en tiendas anteriores, sin comprarlas todavía, ya que querían mirar todas las opciones disponibles en otros lugares.
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La Gran Keily<<<
Teen Fictionkeily siempre había sido de talla grande y aunque siempre ha tenido sus inseguridades, nunca a dejado que se interpusieran en su camino. Eso es hasta que cambia a una nueva escuela donde conoce al mayor imbecil de la historia: James Haynes. El no pi...