-¡Eh. Keily!-Alguien gritó desde el fondo. Yo estaba en la fila del medio. Nuestra clase de física estaba a punto de empezar.
Levanté la vista del móvil y me giré. Reconocí a un par de chicos sentados en los asientos traseros. Estaban en el equipo de fútbol y corrían en los mismos círculos que James.
Nunca había interactuado con ellos; sin embargo, ahora mismo, la amplia sonrisa en sus rostros gritaba problemas. poniéndome en alerta.
-¿Qué tal le fue a nuestro Haynes el viernes? ¿Llegó a la zona de anotación?-dijo uno de ellos, y las risas resonaron en el aula.
-Es uno de los mejores dijo otro con una carcajada. Pero, de nuevo, no podemos estar seguros, dado que eres un manojo de nervios.
-Bueno, siempre puedo echarle una mano. El anterior me guiñó un ojo. Se me erizó la piel de asco.
-Pero ese beso fue bastante caliente - comentó una voz desde algún lugar, y en el momento en que se produjo, otros estudiantes de besos, aumentando mi vergüenza.
Me giré inmediatamente hacia atrás, con un fuerte rubor cubriendo mis mejillas. Miré hacia abajo, dejando que mi pelo cayera a los lados con la esperanza de frenar mi ardiente rostro. Esto era lo que había temido.
Por si James no fuera suficiente, sus compañeros de equipo también tuvieron que sumarse.
Las burlas y los gritos de los demás a mi costa me resultaron inquietantemente familiares. Los recuerdos de las burlas y los comentarios despectivos de mis compañeros de clase en Remington pasaron por delante de mí.
Realmente quería lanzar una buena réplica para callar sus odiosas risas, pero debido a mi cobardía sumada al superpoder de mi cerebro de congelarse durante las confrontaciones, no pude.
No había dicho nada entonces, y tampoco lo hice ahora. Deseaba dejar de ser una persona tan mansa.
Afortunadamente, no tuve que soportar más comentarios sarcásticos, porque llegó nuestro profesor, haciendo callar a la clase.
Sin embargo, mis pensamientos no se calmaron, imaginando todo tipo de cosas ingeniosas que podría haber dicho para cerrarles la boca a esos tipos.
Si fuera así de fácil en la realidad.
Me arrastré a la clase de inglés, preparándome mentalmente para afrontar otro encuentro con James.
El hecho de que me haya menospreciado delante de su amigo esta mañana ha herido mi autoestima, y una vez más ha hecho que me avergüence de sentir algo por él.
Sus palabras me hicieron cuestionar todas las cosas increíbles que había sentido cuando nos besamos.
Tal vez las chispas y el brillo habían sido sólo de mi parte, mientras que él lo había descartado como una chica desesperada que se aferraba a él... Pero esa noche, él había sido tan apasionado y dulce...
Humph.~
Ya estaba al límite con este tipo..
Si a esto le añadimos la atención no deseada de algunas personas como en la clase de física- y la disputa entre Addison y yo, todo por nuestra foto, estaba llegando a mi punto de ruptura.
Todo era demasiado, y el día no estaba ni siquiera cerca de terminar. Juré que si el imbécil de James decía algo más, le arrancaría la lengua...
Vale. ¿a quién quería engañar? Lo más probable
es que al final me rompa y llore como un niño
pequeño.
Cuando llegué a la puerta, encontré a dicho
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La Gran Keily<<<
Teen Fictionkeily siempre había sido de talla grande y aunque siempre ha tenido sus inseguridades, nunca a dejado que se interpusieran en su camino. Eso es hasta que cambia a una nueva escuela donde conoce al mayor imbecil de la historia: James Haynes. El no pi...