BOO!
Lucas saltó, su cabeza golpeó la puerta de la taquilla. ¡Oww!
Me reí cuando se dio la vuelta para mirarme.
-¡Eso duele! Se frotó el lado de la cabeza.
-No es muy agradable ser atacado a escondidas, ¿verdad? -Me burlé.
--¿Desde cuándo te has convertido en el Castigador?-Lucas refunfuñó y giró hacia atrás para cerrar su taquilla.
-Desde que aprendí que la venganza es tan dulce.
-Addison es una mala compañía para ti. -Me miró, frunciendo las cejas como un director de escuela que amonesta.
-¿Y viene de ti?
Una sonrisa jugó en sus labios que amenazó con romper su fachada seria. --Vale, me has pillado.
-Me reí, y él por fin sonrió.
-Vamos. Estoy deseando llenarme la boca con la deliciosa comida de nuestra cafetería-dijo sarcasticamente.
Espera. Lo detuve. Quiero hablar contigo. Era el almuerzo, y mi estómago estaba rugiendo para llenarlo con la deliciosa comida de la escuela ~también. Pero tenía que esperar un rato. Tenía una misión.
Estos días, Lucas estaba sentado en nuestra mesa con las chicas, pero yo quería hablar con él en privado; por eso había tomado el camino largo y lo había buscado antes.
Lucas asintió y me miró fijamente para empezar.
-Se trata de James.
-¡¿Qué ha hecho el cabrón ahora?! -Noté que su puño se apretaba. No me gustó su reacción de enfado ante la mención del nombre de James.
~No debería ser así.
-No ha hecho nada, al menos no nada malo. Oh, había hecho un montón de cosas, pero definitivamente no habían sido malas.
Intenté evitar que mis mejillas se enrojecieran, pensando en cómo James me había ayudado en su casa o cuando me había besado aquel día en el colegio.
-Me refiero a ti y a James. Estáis haciendo el ridículo al seguir peleados.
Quería que Lucas arreglara las cosas con James ya. Habían alargado su pelea durante demasiado tiempo.
Aunque no me correspondía interferir, me sentí responsable, porque en última instancia, yo era, en cierto modo, la razón de su disputa.
No estaba interesada en hacer de madre, pero tal vez podría empujar un poco a Lucas para que dejara de lado su hostilidad. Los dos eran amigos desde la infancia.
Podía ver a Lucas luchando por no tener a James a su lado. Claro que tenía muchos amigos, pero James era su persona.
También se acercaba la temporada de fútbol. No sabía si los dos podrían mantener su animosidad fuera del campo de juego, pero definitivamente ayudaría si no tuvieran la animosidad en primer lugar.
Además, las victorias y las derrotas se sienten mucho mejor con los amigos.
Otra razón que me costaba admitir- por la que quería que volvieran a estar juntos era porque me estaba ablandando con James.
Sabía que él también debía sentirse solo sin Lucas. No me gustaba la idea de que sufriera.
¡Estoy perdida por ese chico!
Oh, vamos, Keily. No hagas eso. Se lo merece, viendo cómo te intimida.
-Los dos sabemos que ya ha parado argumenté.
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La Gran Keily<<<
Teen Fictionkeily siempre había sido de talla grande y aunque siempre ha tenido sus inseguridades, nunca a dejado que se interpusieran en su camino. Eso es hasta que cambia a una nueva escuela donde conoce al mayor imbecil de la historia: James Haynes. El no pi...