No te olvides de tu proyecto - dijo la señora
Green, recogiendo los libros y carpetas que tenía sobre su escritorio. Lo revisaré mañana y será mejor que vea algún progreso.Con una mirada de advertencia, salió furiosa del laboratorio de informática, sin saber el problema que había dejado atrás.
Eché un vistazo a James, que estaba sentado a mi lado y me devolvía la mirada con el ceño fruncido. Esta vez, compartí el motivo de su enfado: teníamos que trabajar juntos.
Durante los últimos días, habíamos estado evitando el uno al otro, o más bien ya no me estaba intimidando o atacando.
Parecía contentarse con pinchar mi cuerpo con su mirada ardiente desde lejos, pero yo también era culpable de robarle miradas. Había sido así desde el lunes, y hoy era jueves.
Tal vez su cambio de actitud tuvo algo que ver con nuestro beso o quizás con el golpe que le había dado Lucas.
No sabia la razón, pero estaba totalmente de acuerdo con este nuevo acuerdo entre nosotros, esperando que durara para siempre.
Sin embargo, una pequeña muy pequeña parte de mi se sintió irritada por el repentino ánimo de James de ignorarme.
Me hizo sentir descartada, como si ahora no fuera digna de su atención, incluso si su atención significaba insultos. Como mencioné, una parte muy estúpida de mí.
Todavía estaba lidiando con mis sentimientos por este imbécil.
-James-le llamé con cautela cuando le vi recogiendo sus cosas. Se detuvo y volvió su rostro fruncido hacia mí. Me sonrojé nerviosamente bajo sus ojos ardientes.
-No hemos trabajado en nuestra página web esta semana. ¿Qué le mostraremos a la Sra. Green mañana?
Trabajar en el proyecto informático con James era lo último que tenía en mente después de todo lo que había pasado, así que había dejado para más adelante el preguntarle por ello, aunque tampoco es que tuviera prisa.
Apenas habíamos intercambiado palabras esta semana. Pero ahora teníamos que dejar de lado nuestro drama por las preciadas notas.
Además, la semana pasada la Sra. Green había elogiado la página de inicio de nuestro sitio web, así que no quería decepcionarla. Era una especie de preferida del profesor.
-Tengo entreno dijo James. Sus rasgos se relajaron un poco, haciéndolo menos aterrador -¿Puedes esperar una hora después de clases?
Asentí con la cabeza. Ya esperaba a Addison
casi a diario.
-Entonces iremos a mi casa y trabajaremos allí afirmó, su tono cortante no dejaba lugar a objeciones. Tan mandón como siempre. Más tarde te llevaré a tu casa.
Se puso de pie, con su bolsa sobre el hombro, y me miró desde la altura de su torre. Después de mi débil «<Vale», se alejó.
Mis ojos siguieron su amplia espalda hasta que desapareció por la puerta.
interior ante la idea de trabajar con él en su casa, donde nos besamos. No sabía si era miedo o excitación. O ambas cosas.
***
Mi teléfono sonó, haciendo que mis ojos se apartaran del cuaderno en el que estaba escribiendo mi redacción de inglés.
Era un mensaje de James, informando de que estaría en el aparcamiento en cinco minutos. Después de enviarle un mensaje diciendo <<allí estaré», recogí mis cosas y salí de la biblioteca.
Hacía casi una hora que habían terminado las clases, y como era mi rutina habitual, me había sentado en la biblioteca con mis deberes a esperar que James terminara con su entreno.
ESTÁS LEYENDO
La Gran Keily<<<
Novela Juvenilkeily siempre había sido de talla grande y aunque siempre ha tenido sus inseguridades, nunca a dejado que se interpusieran en su camino. Eso es hasta que cambia a una nueva escuela donde conoce al mayor imbecil de la historia: James Haynes. El no pi...