EPÍLOGO

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Si me hubieran preguntado hace unos 7 años que me esperaría en mi futuro mi respuesta habría sido muy fácil: estaría trabajando en Barcelona, siendo decoradora de interiores y ayudando a papá a preparar sus clases para la universidad. Si, una vida un poco triste. Incluso me imaginaba sola, sin una relación o familia. Sin embargo, las cosas habían resultado un poco más distintas de lo que me esperaba. Había terminado la universidad con notas exelentes, trabajando en una empresa y siendo encargada de muchos proyectos de arquitectura importantes. Ahora, a mis 26 años, podría decir que había logrado muchas más cosas de las que me habría imaginado a tan corta edad.

Mi vida luego de esa horrible noche en la que abusaron de mi había cambiado por completo. Después de sentir que por esa situación había perdido mi valor, pero tuve a mucha gente a mi al rededor que me ayudo a superarlo poco a poco y a sentirme mejor conmigo misma: Papá, mamá, la psicológa, Pedri, Ferran, Ansu, mis amigos de la universidad y Pablo... Sobre todo Pablo que no me dejo sola nunca. Él había sido mi ancla a tierra todos estos años y yo había sido la suya.

Todos esos sucesos ayudaron a que nuestro amor creciera y se hiciera grande y fuerte, tanto así que nos casamos poco después de que termine la universidad y tanto así que tuvimos a nuestro primer hijo un años después. Nos amabamos y amabamos lo que teníamos. No diría que es perfecto, nada lo erá, pero me encataba estar con él y con nuestro pequeño tesoro, que era como llamabamos a Lucas, nuestro hijo de 3 años. Era un pequeño de cabello negro lacio y ojos azules como yo, y con la piel de Pablo, aunque si se parecía mucho más a mi en facciones de rostro. Pablo siempre me decía que agradecía que se pareciera a mi, porque eso significaba que era perfecto. Y eso significaba que era lo único que podíamos asegurar que era perfecto en nuestras vidas.

Cuando nos enteramos de Lucas no lo podíamos creer, erámos muy jóvenes para tenerlo, pero de igual forma nos emocionamos. Fue un poco difícil al principio, pero siempre tuvimos mucho apoyo de todos nuestros familiares y amigos, sobre todo de uno: Pedri. Había estado desde el minuto cero con nosotros, incluso el día que Lucas nació lloró como si em mismo lo hubiera dado a Luz, me parecio tan tierno que decidí justo ese mismo día que él sería el padrino de Lucas y por su puesto Pablo no tuvo ninguna objeción a eso.

Nuestra vida desde entonces es todo un show, un cómico y trágico show con bajo presupuesto, pero muy divertido.

Sin duda todos estos años habían sido una locura, tanto para mi como para Pablo, Pedri, incluso Ferran con quien tenía poco contacto, pero seguía siendo una de mis personas favoritas. Recuerdo cuando nos juntamos para tatuarnoa juntos, nos hicimos un taguaje de esos de pareja pero con otro significa completamente diferente. Sonreí al ver mi muñeca con ese tatuaje de un cable conectado a un ipod, Ferran tenía el resto del cable con los aurículares. Era tonto y básico, como nosotros en aquella época.

Me resultaba mágino, no preguntéis por qué, pensar en las vueltas que daba la vida, en las desiciones que tomabamos y como esas interferían en el destino. Al final de todas las reflexiones que hacía sobre eso nunca llegaba a una conclusión sobre si el destino ya estaba escrito o nosotros podíamos modificarlo, pero sea cual sea la respuesta no me importaba, porque esto me encantaba, mi vida me encantaba a pesar de las miles de cosas que aucedían cada día, no lo cambiaría por nada.

—¿Fue bien tu reunión hoy?—Pablo subió al coche cuando pase a recogerlo a la cede del club.

—Claro, lo mismo de siempre: ¿qué color te gusta más? ¿Quiere algo minimalista o con más detalle?, y mi favorita, ¿cómo puedo ajustarlo a mi presupuesto?—murmuré cansada—. Me gusta más hacer los planos y el proyecto que hablar con los clientes. Ojalá César me dejara solo la parte del proyecto y él se encargará de los clientes, tiene mucha más paciencia, yo estaba a punto de clavarle un boli en la garganta a la señora esa—Pablo solto su risita típica y sonreí instantaneamente—. ¿Cómo te fue hoy a ti? ¿Pedri cómo esta?

Tú y Yo Bajo La Lluvia || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora