04-Secreto

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—¿Te fuiste de casa? Pense que iríamos a almorzar juntos.—Gavi hablaba desde el otro lado el teléfono mientras yo conducía por las calles de Barcelona.

—Me han hablado para decirme que el auto ya estaba listo, tuve que ir a por el.

—Pudiste avisarnos-se le notaba bastante molesto, a lo que decidí ir tranquila y sin ganas de discutir, más que nada por que la resaca me estaba matando.

—Se me ha olvidado, os aviso a la próxima, ¿vale?—no quería discutir ahora con Pablo, no tenía las fuerzas para hacerlo y sabía lo pesado que se ponía con esto.

—Vale, la próxima avisas y ya esta-¿estaba soñando o aun iba borracha de anoche? Pablo nunca me la dejaba tan fácil.

—¿Te sientes bien?—no pude evitar cuestionarle, es que nunca me respondía tan tranquilo.

-Si, ¿por qué?-Pablo hablaba como si de verdad no entendiera que le trataba de decir, esto esta siendo raro.

-Es que no me estas insultando o hablándome feo.-me escuchaba tan ridícula diciendo eso, sonaba como si quisiera que Pablo me insultara y tratara mal.

-¿Quieres que te trate mal?, ¿es algún tipo de fetiche raro?, mira que no juzgo pero suena raro-Es que este definitivamente no era Pablo, tenía que ser una broma.

-¿Quién eres y que hiciste con Pablo?-él rió y medio sonreí al imaginar la sonrisa ladeada que debería de estar poniendo en este momento.

-Vengo en son de paz, Lara, no lo jodas-lo último si que lo dijo con un tono un poco más brusco así que opte por hacerle caso.

-Vale, vale. '¿Sigué en pie lo de ir a almorzar?

-Por supuesto-Pablo afirmo con alegría y pude escuchar como le gritaba a Pedri que iríamos a almorzar juntos-. ¿Quieres que pasemos por ti?

-No. Llego en el auto-afirme a lo que Pablo suspiro.

-Vale, te esperamos en el restaurante. Más te vale no llegar tarde, Lara-dijo con un tono amenazador que de amenazador no tenía nada y reí por lo bajo antes de despedirme.

Colgué la llamada antes de que Pablo intentara amenazarme otra vez y conduje hasta el restaurante que habíamos acordado. El trayecto era un poco largo. En lo que conducía no pude evitar pensar en el cambió de humor tan repentino de Pablo, no me molestaba, pero si que me asustaba, es decir, Pablo nunca era tan tranquilo o pacífico conmigo, más bien era un huracán que pasaba a mi lado siempre se llevaba todo a su paso, y era algo que tampoco me molestaba; es absurdo como me había acostumbrado a Pablo y su humor de mierda y como no me importaba por que simplemente era él. Al principió, cuando lo conocí, no lo soportaba por más de 10 minutos seguidos, pero con el paso del tiempo, al cabo de unos meses, me adapte increíblemente a él y a su sistema, sabía cuando andaba de malas y tenía que ser lo suficientemente pacífica por los dos, sabía cuando estaba feliz y podíamos ser de lo mejor juntos y, sobre todo, sabía cuando la pasaba mal y estaba triste, y me tocaba ser su pañuelo de lagrimas y estar para el. Ese era nuestro sistema, si esta bien o mal no nos importaba por que al final estábamos juntos.

Llegue al restaurante, aparcando el auto justo al lado del de Pedri; entre y los vi a todos escondidos en las mesas del fondo, se tapaban con sus sudaderas y se veían increíblemente ridículos y tiernos a la vez.

-¿Qué hacéis, panda de subnormales?-me senté junto a Pablo que tenía la mitad del cuerpo bajo la mesa y la cabeza casi puesta donde iba el culo.

-Joder, no grites-Ferran me tiro una servilleta mientras Pablo me jalaba para quedar justo en la misma posición que el.

Tú y Yo Bajo La Lluvia || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora