19-Marinero

1.4K 43 7
                                    

Luego de estar casi dos semanas ahí, me iría dentro de unos dos o tres días y lo agradecía mucho. No había visto a mis amigos, solo a papá, aun que César y Jess habían llamado diciendo que no me preocupará por la universidad, habían estado entregando todas mis tareas y estaban manteniendo mis notas, algo muy difícil porqué mis notas eran perfectas. Se los agradecí, prometiendo que cuando estuviera en casa les avisaría para que llegarán.

Janna había venido casi que todos los días desde que me desperte, pero no quería verla, ni siquiera estaba segura porqué, pero me daba vergüenza. De hecho, sabía que todos habían venido, incluso Pablo, pero prefería verles cuando ya no tuviera ninguna marca latente en el rostro y cuando me quitaran el collarín que tenía en el cuello, no era incomodo, pues era simplemente de tela, pero se notaba mucho.

Papá me ayudaba a recoger las pocas cosas que tenía en el hospital, mientras yo solo me dedicaba a doblar unas cuentas prendas sobre la cama pues no podía hacer mucho esfuerzo aun por las lesiones de mi cuello y costillas. Me habían dicho que al menos tendría que estar dos semanas más en casa, sin salir mucho, era perfecto porqué significaba que podría ir a la universidad justo para los examenes finales.

La puerta fue tocada, llamando la atención de papá y la mía, lo miré alarmada y este rápido fue a abrirla. Espere unos segundos, mientras papá hablaba con la persona de fuera. No sabía porqué tardaba tanto, pero al verla entrar lo supe todo.

Mamá me miraba con los ojos destilando furia, sus manos se hacían pulos y veía las venas de su cuello y frente salirse. Pocas veces la había visto así de colerica, daba miedo.

—No se te ocurra decirle algo malo—papá le advirtió antes de que ella llegara a mi lado.

Ella me miraba con los ojos bien abiertos, analizando cada parte de mi cuerpo. Me intimidaba un poco que hiciera eso, me asía sentir incomoda y mi incomodidad aunmento mucho más cuando me abrazó, sorprendiendome por completo. Hacía tanto que mo abrazaba a mamá que parecía que nunca lo había hecho en mi vida.

—Mi niña,-mamá sollozaba sobre mi cabdza mientras me abrazabs—. No sabes lo mucho que lo siento, deverdad lo hago.

Mis lagrimas no resistierón más y salierón como en una cascada, cayendo y cayendo sin parar.

Mamá no dejo de decirme lo mucho que lo sentía, aun que nada de esto era su culpa, supongo que mezclo otras cosas, pero sentirme así de protegida por mamá me hacía sentir en paz, hace mucho no me sentía así con ella.

°°°°🌧

Las horas pasarón y mamá no se fue de mi lado en ningún momento, papá había tenido que ir a su trabajo y mamá se quedo conmigo para cuidarme. Pasamos las horas hablando, hace mucho no lo hacíamos sin pelear o insultarnos y había olvidado lo agradable que era.

La hora de la visita llego, recordandome que mis amigos vendrían como cada día, seguía sin querer verlos. Tocarón la puerta, mamá se levanto a abrir y fue ahí cuando recorde que no le informe que no quería verlos. Me paralice cuando vi como todos entraban, siendo resivisos por mamá con una sonrisa.

—Pero mirate, que alto estas Samu—Samuél le sonrió a mamá mientras esta lo abrazó con cariño.

—Que gusto verla, señora.

—Lo mismo digo—mamá se separó y fue hacia la puerta—. Bueno, los dejo solos, supongo que quieren hablar.

Me mando un beso al aire y le sonreí debilmente.

Pronto quedamos solos en la habitación. Samuél, Janna, Lucía, Javier, Pedro, Ansu, Ferran y Pablo estaban aquí; observandome como una pequeña sonrisa. No sabía que decir o que hacer, no estaba preparada para verlos. Janna se acercó y antes de siquiera notarlo ya me estaba abrazando, devolví el abrazo, sientiendome bien al hacerlo.

Tú y Yo Bajo La Lluvia || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora