🎻T r e i n t a y t r e s 🎻

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Hyukjae llegó como de costumbre a tocar, cada día que pasaba era una completa tortura.

Estaba harto de su monotona vida, todos a su alrededor lo evitaban por su mal humor y ni siquiera Jung se atrevía a hacerle algo.

Dahyun era la única que trataba de conversar con él sin éxito y al contrario, ganadose una mala mirada por parte del pródigo violinista.

Siempre llegaba a casa donde su tía lo esperaba con la comida hecha, él apenas y probaban algo antes de encerrarse todo el día para componer, salía a media noche para dormir y volver a repetir la misma rutina como los últimos tres meses.

Tres meses dónde Hyukjae había odiado a Donghae con todo su ser, ver sus fotos con aquella mujer; la forma en la que le sonreía y le tomaba la mano en público.

Le había destrozado el corazón y esa es la razón por la cual nunca regreso a su departamento, incluso bloqueo el número del actor y con el tiempo dejó de buscarlo en internet.

Pero ni eso hacía que su mente siguiera pensando en él, recordar cada momento juntos. Cada día era peor, cada día era una agonía para él y estaba harto. Quería olvidarlo a toda costa, olvidar que Donghae existió alguna vez en su vida pero no podía...

Porque Donghae estaba grabado en su mente y corazón.

—Hijo, me iré a casa por un par de días. —Le aviso su tía entrando a la habitación, dejo de tocar el piano y la miro.

—Estaré bien. —Fue lo único que le dijo porque durante todo ese tiempo no lo había dejado solo.

—Lo sé, corazón. —Le dió un beso en su cabello. —Come bien y deja de fumar tanto.

Hyukjae no respondió, la mujer lo miro con tristeza, ver a su sobrino así le remontaba a aquel niño demacrado después del funeral de Yuah: pálido y más delgado, retraído, cabello largo y ropa desalineada.

Nunca creyó ver a su sobrino nuevamente así y menos por una persona, se sentía decepcionada porque creía que Donghae era el indicado. Incluso le había dicho al retrato de su hermana lo feliz que estaba porque tal parecía que el Sol había llegado pero estaba equivocada.

El Violinista se quedó solo en aquella gigantesca casa sientiendo como la soledad lo consumía más y más.

¿Así se sentía mamá?

Se preguntaba demasiadas cosas pero siempre solía callar sus pensamientos con música y cigarrillos.

Solo unos días después alguien tocó el timbre, no tenía ganas de abrir así que dejó que la persona se cansará de tocar y lo dejara en paz, siguió en lo suyo hasta que la puerta se abrió dejando ver a Heechul con un gesto de preocupación.

—Pensé que te había tragado la tierra. —Le expreso.

—Pues estar tres metros bajo tierra no suena mal. —Dijo con seriedad, Heechul soltó un suspiro porque ahora sentía que esos chistes no lo eran.

—Hyuk, sé que posiblemente te enojes conmigo. —Le empezó a decir. —Pero solo quiero que sepas que hice esto por una razón, te estás dejando caer en el vacío y no quiero eso.

—Ve al grando, Kim. —Hyukjae lo volteo a ver.

—Donghae está en la sala. —Le dijo directamente. —Y antes de que digas algo, lo deje entrar porque si hablas con él puedes tomar una decisión definitiva, o lo perdonas y vuelven a ser una pareja o definitivamente cierras está etapa de tu vida y sigues adelante.

—¿Y tú qué quieres?

—A mi no me importa que decisión tomes, siempre y cuando creas que es lo mejor para ti. —Heechul se sincero.

El violinista »EUNHAE« |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora