🎻T r e i n t a y o c h o🎻

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—Hola, tía. —Donghae entro emocionado a la gran casa a saludar a la mujer que parecía preparar un postre.

—Pero si es el muchacho que le rompió el corazón a mi JaeJae. —Le dijo en broma haciendo que Donghae se pusiera rojo de la vergüenza.

—¿Es de familia? —Preguntó haciendola reír.

—Mi hermana no te hubiera recibido devuelta tan fácilmente. —Le dijo pero lo abrazo. —Solo no lo vuelvas a lastimar, ¿vale?

—Prometido. —Dijo firme.

Hyukjae entró con una bolsa detrás, se iban a quedar un par de días ahí a petición de Donghae pues decía que era un lugar tranquilo, lejos del ruido y la contaminación de la ciudad, le ayudaba a distraerse de lo pesado de su agenda.

En la última semana tuvo días agotadores, solo llegaba a casa a dormir escasas dos horas para volver a salir, estaba cobrando por el tiempo que no trabajo y eso a Hyukjae le molestaba y fue casi a exigirle al manager de que le diera un par de días libres, no sé que le dijo al CEO pero le autorizó dos días a Donghae.

—Solo vine a hacer el postre. —Le aviso sacándolo del horno, un pan casero de naranja.

—¿No te quedas a comer? —Le preguntó Hyukjae pero la mujer negó.

—No, hijo, mamá está un poco enferma aparte de que ustedes vinieron a despejarse, no a escucharme hablar.

—Aún me debe esas fotos de Hyukkie bebé. —Donghae le recordó.

—Prometo que a la próxima traeré todas las fotos. —Le sonrió dándole un beso en la mejilla. Después se dirigió a Hyukjae y este agachó su cabeza, la mujer le dió un beso en la frente y le acomodó su cabello. —Portate bien, JaeJae.

—Ve con cuidado.

Donghae se quedó enternecido por la escena, la tía de Hyukjae era tan cálida y actuaba como una verdadera madre para el violinista, era tan maternal y amorosa que no entendía como a pesar de lo que Hyukjae había vivido, era tan frío.

—¿Tú tía no tiene hijos? —Le preguntó cuando se fue.

—No, nunca se pudo casar. —Le respondió. —Cuando mi madre se fue de casa para cumplir sus sueños, mis abuelos se disgustaron mucho y le inculcaron el miedo a mi tía de que si se iba, sería desheredada de la familia. Sé que se enamoró cuando era joven pero decidió quedarse en casa a cuidar a mis abuelos y sigue haciendo eso.

—Hyukkie, tu familia está muy jodida. —Expreso Donghae con un poco de seriedad pero Hyukjae soltó una carcajada.

—Demasiado. —Concordó. —¿Quieres comer?

—No, quiero hacer otra cosa. —Donghae dijo poniéndose nervioso.

—No soy quien para negarte eso. —Hyukjae se acercó con una sonrisa ladina pero Donghae lo miro confundido.

—Quiero ver dónde prácticas aquí. —Fue específico haciendo que el violinista se detuviera y borrará su sonrisa. —¿Qué estabas pensando?

—Nada. —Hyukjae se dirigió a la salida, Donghae soltó una carcajada y fue tras él.

—Ya tendremos tiempo para eso. —Donghae lo siguió por el pasillo. —En la noche.

—Idiota. —Murmuro abriendo una puerta, Donghae entro todavía riendo pero está se fue apagando poco a poco al ver el lugar.

Si el cuarto del departamento de Hyukjae le parecía grandioso, esto era un maldito tesoro.

Una gran habitación totalmente insonorizada, un piano de cola negro enmedio adornaba el lugar. Al fondo una estantería llena de carpetas que asumía eran partituras, del lado izquierdo habían dos guitarras y dos violines en sus soportes.

El violinista »EUNHAE« |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora