🎻T r e i n t a y s e i s 🎻

476 73 32
                                    

—Comes bien, por favor no tomes esas pastillas y si te sientes mal, llámame enseguida. —Su madre le insistió por tercera vez antes de salir de casa.

—Mamá, estoy bien, tranquila. —Donghae le dió un beso en la frente. —Regresa con cuidado.

—No faltes a tus citas y si es necesario, no vayas a trabajar aunque te digan que si, debes sentirte bien. —Le recalcó.

—Hyukjae se encargará de eso, no te preocupes. —Hizo el comentario haciendo que el violinista asintiera.

—Te estoy dejando a mi bebé bajo tu cuidado, Lee Hyukjae.

—Entendido. —Fue lo único que dijo.

—No se preocupe, madre, yo también cuidare de él. —Siwon intervino. —Pero se le hará tarde. —Le recordó así que la señora con un fuerte abrazo se terminó por despedir de su hijo.

Debía regresar a Mokpo, Donghae no quería que se fuera pero en algún momento debía hacerlo así que se resigno, le mostró la mejor sonrisa a su madre hasta que cerro la puerta ya que está vez no podía acompañarla hasta la estación de trenes.

—Si vas a llorar, hazlo ya porque al rato tengo una junta. —Hyukjae le dijo detrás de él, Donghae dió media vuelta y ya tenía un puchero. Sin preguntar se acercó a él y lo abrazo para soltarse a llorar.

Hyukjae se abstuvo de soltar algún comentario sarcástico y solo le dió palmadas en su espalda hasta que se calmó.

—¿Ya somos pareja? —Preguntó entre sollozos.

—Vete a lavar el rostro, te ves fatal.

Donghae hizo otro puchero, cuatro días desde que se habían besado y Hyukjae jamás respondía esa pregunta ni siquiera le  había permitido volver a besarlo o se encerraba para dormir solo.

Donghae decidió salir a leer al gran jardín, era un espacio hermoso pero pensaba que estaba desperdiciado ya que nadie estaba ahí, se sentó en un viejo columpio y se mesio lentamente mientras leía aquel libro que le prestó la tía de Hyukjae.

Leyó y leyó perdiendo la noción del tiempo ignorando completamente el hambre que comenzaba a sentir.

—Tienes que comer algo. —Hyukjae llegó con una bandeja con sándwiches y fruta.

—No tenías porque hacerlo. —Le dijo cerrando el libro. —En un momento iba.

—No lo creo. —Hyukjae se sentó en el pasto seguido de Donghae. —Ese libro es demasiado bueno como para dejarlo. —Saco un cigarro y lo encendió. —Me pasó cuando era niño.

—¿Es tu libro? —Le preguntó sorprendido pero Hyukjae negó.

—De Sora, mamá solía leerselo. —Le explico brevemente, le dió una calada a su cigarrillo. —Era su libro favorito.

—Tu tía me lo presto... —Le aviso como tratando de justificar el porqué lo tenía.

—Lo sé, no lo hubieras visto tú solo. —Le respondió. —Esta en la habitación. —Hizo énfasis en eso, Donghae entendió rápidamente.

—¿Puedo preguntar que tiene ese lugar? —Donghae le dió un mordisco a su sándwich. Hyukjae soltó el humo desviando la mirada.

—Era la habitación de mi mamá, ya sabes dónde pasó... —Le contestó. —Solo mi tía entra a limpiar el polvo pero sigue intacto.

—¿Eras cercano a tu hermana?

—Lo poco que recuerdo es que si, digo, obviamente solíamos pegarnos mucho pero recuerdo que cuando mis padres discutían, ella me abrazaba. —Hyukjae se terminó su cigarro. —¿Te hubiera gustado tener hermanos?

El violinista »EUNHAE« |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora