¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
FIRST ACT, TWO : estoy jodida
—Joder... —murmuré en medio de mis pensamientos, mordiendo una de mis uñas. Mi pie golpeaba el piso de manera frenética casi entrando en pánico, y las personas murmurando entre sí no me ayudaban en nada. El hombre del sombrero seguía cerca de mí, y seguía hablando con los otros dos chicos. Ellos me susurraron algo de lo cual no presté atención, y terminaron por irse, dejándome sola.
Inconscientemente, miré al chico que tenía puesto auriculares anteriormente. Había comenzado a caminar, así que esperando que no se diera cuenta de mi presencia, lo seguí. Llamó a un elevador que acabó por abrirse en el piso en el que estábamos, y él entró, seguido por mí. Fue el momento en el que por fin se dio cuenta de mi presencia, que me miró por unos segundos. Yo le devolví la mirada.
—Hey —saludé, incómoda e inquieta. Parecía estar acostumbrado a esto de los juegos, ya que se veía completamente tranquilo e incluso aburrido. Él desvió su mirada de mí sin responderme, casi ignorándome.
El chico desconocido para mí caminó hasta quedar al final del pasillo de habitaciones, mientras yo me quedaba frente al elevador recién abierto dudando si volver a seguirlo o no. ¿Qué me diría? Debo aprovechar de estar con una persona que parece tener mucha más experiencia que yo.
Sin pensarlo mucho esta vez, caminé de la misma manera que él lo hizo, quedando a su lado. Él volvió a verme alzando una ceja; probablemente ya había notado que lo seguía.
—Soy nueva —quise excusarme de una vez, antes de que pensara algo malo sobre mí. Después hice una pequeña mueca al haberle dado un mal uso a mis palabras, así que me corregí—. En esto de los juegos. Es mi primer juego. Y veo que tú sabes más que yo, así que me conviene estar contigo.
El contrario, al parecer sin molestarle mi presencia, asintió con la cabeza, volviendo a desviar su mirada de mí. Él suspira, haciendo que lo mirara.
—Yo haría lo mismo.
—¿En serio?
—No.
Ruedo los ojos, dejando de mirarlo.
—Pero si puedes elegir tu posición inicial —él vuelve a mirarme—, este lugar es perfecto.
—Claro —solté, asintiendo con la cabeza y sin dirigirle la mirada—. Puedes decirme Kyōmi.
—Chishiya.
Ninguno de los dos nos miramos al presentarnos, casi como si realmente no importara saber nuestros nombres. No sé lo que piense él de mí ni yo sé qué pensar de él, pero tal vez después de este juego no volvería a verlo. Ni siquiera sé que sucedería con mi vida después de este juego.