Una Chica con una energía maldita muy grande, hasta el punto en el que no la puede controlar en ocasiones, llegando a lastimar personas que se encuentran a su alrededor.
-Tan perdida en mis pensamientos estaba qué no sé cómo llegue aquí. -dijo mientras miraba a su alrededor.-
Literalmente Kaori estaba en medio de la nada, estaba en una carretera, no sabía cómo habia llegado ahí, la carretera estaba muy solitaria, no pasaba ningún carro y estaba un poco oscuro. Después de un rato viendo bien a su alrededor, la carretera se le empezo a ser conocida, sí, había pasado por allí unas cuantas veces cuando acompañaba a Satoru a sus reuniones.
-Creo que si debi haber venido con Fushiguro, debería irme, no me siento segura aquí en medio de la nada. -volvio a decir para ella misma.-
Kaori no se sentía para nada segura en medio de esa carretera solitaria, era de esas veces en la que no te sientes de verdad segura y te entra una desesperación por irte de ese lugar, empezo a caminar por donde había venido, la sensación de peligro cada vez se hacia más grande, y eso no le estaba gustando para nada a la chica, decidida por empezar a correr escucho una voz detrás de ella haciendo que se detuviera en seco y la sensación de miedo empezará a correr por su cuerpo, podía sentir una gran energía maldita.
-Vaya, vaya, no pensaba encontrarme a la hija de Satoru Gojo por aquí.
-¿Quién diablos eres?
-Que modales, no estabas en mis planes, pero... Creo que me podrías ser útil.
Kaori no pudo decir ninguna otra palabra, sólo sintio un golpe en su nuca y todo se empezo a poner borroso y al final oscuro.
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-¡Dónde estamos! -dijo Itadori.-
-¿Te hice esperar?
-Ese... Es...
-Te presento a Yuuji Itadori.
-Sensei, hace diez segundos estaba en la escuela, ¿no? ¿Qué sucedio?
-Venimos volando.
-Que hay con el mocoso, ¿es tú escudo?
-¿Escudo? Ay, claro que no, es mi alumno, vino ha observar, aún debo enseñarles muchas cosas pero puedes ignorarlo y seguir peleando.
-Trajiiste a alguien que será un estorbo, ¿acaso estás loco?
-No hay problema, al final y al cabo, eres muy débil.
-¡No me subestimes! ¡Te haré desaparecer esa sonrisa engreída!
-Extensión de dominio.
-P-pero... ¿Qué es esto?
-Ataúl de la montaña de hierro. Si tú trajiste a un mocoso, ¿por qué yo no también?
-Claro, adelante. -dijo con una sonrisa.-
-Espero y cuando la veas sigas teniendo la misma sonrisa, Satoru Gojo. -dijo para después aparecer a una albina, a la cual la tenía agarrada de la blusa, por la parte de la nuca.-
-Que diablos...
-Kaori... -dijo Itadori un tanto sorprendido.-
-¡Despierta mocosa! -empezo a sacudirla.-
-¿Qué diablos haces con mi hija?
-Vaya, parece que ya desperto. Mm... ¿Cómo es qué te llamas? Kaori, ¿verdad? Kaori Gojo.
Kaori empezo a ver a su alrededor un tanto desconsertada, aún veía un poco borroso, su mirada se detuvo al ver a Satoru y Yuji frente a ella, le sorprendia ver a su padre, no sabía que estaba pasando, pero estaba más sorprendida al ver al pelirrosa.
-¡Itadori! -dijo Kaori.-
-Kaori, me alegra que estés bien.
-¿Piensas útilizarla como ren? Te aviso que no funcionara.
-¿¡eh!? Piensa matar a Kaori, sensei.
-Yuji, la manera más efectiva de acabar con un dominio es extendiendo tu propio domino, entonces si dos dominios se extienden a la vez, el más poderoso de los dos, tomará el control, aunque también influye la cantidad de energía y compatibilidad.
-¡No quedaran ni tu cenisas!
-Extensión de dominio, vacio infinito. Estás dentro del infinito, estás obligado a vivir una infinidad de veces, que ironico, ¿no? Cuando se te ha otrogado todo, no puedes hacer nada, si no es molestia, devuelveme a mi hija, no eres digno de tocarla, y mucho menos decir su nombre. Quiero hacerte un par de preguntas, así que me apiedare de ti y lo dejaremos hasta aquí.
...
-Lo siento tanto, se escaparon por mi culpa. -dijo Itadori.-
-Itadori, ni siquiera te está escuchando, levantate. -dijo Kaori.-
-Yuji, quiero que tú y los demás sean capacez de vencer a uno como ese, hay que proponerse metas, ¿no? Cielos... Que bueno que te traje.
-Yo sigo sin entender nada de nada, ¿habla en serio?
-También lo digo para ti, Kaori.
-¿Lo que acaba de pasar lo hizo cambiar de mentalidad?
-Primero que nada, no seas grosera, segundo llegando a la escuela de hechicería hablamos.
-Está bien, pero... ¿Y tú? ¿Qué diablos haces aquí? ¿Cómo estás vivo? Uno sufriendo por tú muerte y tú aquí como si nada. -dijo jalandole la oreja a Itadori.-
-Perdón, perdón.
-Kaori, acabo de decir que no seas grosera.
-Quiero una explicación. ¡No he podido dormir por tú culpa! ¡He pensado tanto en tú supuesta muerte! Bueno, como sea, saben, he estado pensado y siento que esa misión fue planeada.
-Le atinaste. ¡Esa es mi hija!
-Me da miedo, hace un par de horas estaba que ni me quería ver.
-La verdad, sensei, pensé que iba a exocizar a la maldición y a Kaori.
