Una Chica con una energía maldita muy grande, hasta el punto en el que no la puede controlar en ocasiones, llegando a lastimar personas que se encuentran a su alrededor.
-Alto. -dijo Inumaki utilizando su discurso maldito.-
-¡Deprisa! ¡No tardará en sanarse!
Empezarón a correr de nuevo aprovechando la oportunidad que dio Kamo al hacerle un pequeño daño a la maldición con su sangre perforante.
Inumaki hace que pare la maldición, Megumi y Kamo atacan y después escapan. Siguiendo ese ritmo podrán dejar el velo y reunirse con los demás, aunque no sabían hasta cuándo podrán mantener ese equilibrio.
El discurso maldito de Inumaki no surge mucho efecto y no podían contactar a los profesores. Si la maldición descubre como lidiar contra el discurso maldito es el fin para ellos.
-Inumaki-senpai lo detendrá. ¡Ve con confianza!
Nue fue hacia la maldición y está la traspaso. Inumaki había llegado al límite. La maldición se acerco a Kamo dandole un puñete en la mejilla mandandolo unos metros lejos.
-¿Sigues vivo, Kamo-san?
-Hojas de mostaza. -dijo Inumaki y toco el hombro de Megumi para después empezar a caminar hacia la maldición.-
-¡Inumaki-senpai! ¡Ya basta!
-¡Sal volando! -dijo Inumaki y cayó escupiendo sangre.-
La maldición salio volando hacia el techo, pero no tardo mucho en volverse a levantar.
Maki aparecio detrás de ella para atacarla pero no le causo ningún daño.
-No me cortarás con esa hoja sin filo.
Megumi aparecio por detrás y con su espada corto sus ojos en forma de rama, dandosé cuenta que son más frágiles.
-Esa espada no está mal. -dijo la maldición.-
-Tenemos algo mejor. Pero no es nada agradable de utilizar.
Las herramientas malditas son armas impregnadas de maldiciones. Según su fuerza y su efecto, se divide en clases, de la primera a la cuarta, como los hechiceros. Una herramienta maldita mejor calificada otorga una mayor ventaja en una contienda de hechicería.
-Megumi, más te vale no perderla. -dijo Maki.-
-¿Por qué la perdería?
-Podría venderse por 5000 millones. Arma maldita de clase especial: ¡Nube errante! -dijo Maki y atacó a la maldición mandandola lejos.-
-Perro demonio...
Con la excepción de el ritual de Megumi, expandido, pozo sin fondo, si destruyen alguno de los 10 shikigami, no puede volver a manifestarlo. Sin embargo, el poder y las técnicas del shikigami eliminado pueden legarse a los demás.
-¡Cabal!
El shikigami ataco el brazo de la maldición y Maki aparecio atacando con la misma espada que utilizo Megumi minutos antes. Megumi por su lado ataco por detrás con el arma maldita que utilizo Maki, también minutos antes, Nue errante. Intercambiaron de armas y atacaron de nuevo a la maldición cortando de nuevo su ojo en forma de rama.
-¡No vuelvas a hacerme usar ese báculo partido en tres! ¡Es muy complicado!
-Cuando te acostumbres... ¡Megumi!
-¡Maki!
-Había apuntado al corazón. Excelente reacción. Los hechiceros pueden ser extraordinariamente compasivos. Siempre bajan la guardia cuando un aliado se lastima. No deberías usar más rituales. El brote incrustado en tí ama la energía maldita. Cuantos más rituales uses, más extenderá sus raíces dentro de tí.
-Cuanta consideración. Aunque planeas matarnos de todas formas.
-Te mueves bien. Pero ya no lo haces tan bien como al principio. -dijo la maldición mientras sostenía a Maki del cuello con sus ramas.-
-¡Megumi, detente! Nuestro trabajo terminó. Es hora del relevo.
-¿Puedes pelear, amigo mío? -dijo Toudou mientras cargaba a Maki en brazos.-
-Sí. -respondio Itadori.-
-¡Detente, Itadori! No es algo contra lo que podamos... -toce.-
-Panda. -llamó Toudou.-
-¿Dime?
-Llévatelos y sácalos del velo. Según Nishimiya, es un velo anti Satoru Gojo, así que podemos entrar y salir a gusto.
-¡Espera! Ni siquiera tú...
-Fushiguro. -llamo Itadori haciendo que Megumi volteé a mirarlo.- Tranquilo.
-Parece que te diste cuenta. Nadie puede detener a aquellos que comenzaron a abrir las alas. Itadori está pasando justamente por esa etapa.
-¡Si vuelves a morir, te mato!
-Bueno, vámonos. -dijo para después cargar a Megumi e irse.-
-Pues parece que no tengo permitido morir.
-No pienso interferir, Itadori. No hasta que asestes un destello negro. Si no lanzas un destello negro, sin importar lo que pase, observaré tu muerte desde aquí.
-¡Bien! Oye, ¿puedes hablar? Quiero preguntar algo. ¿Tienes como aliado a un espíritu humanoide con el rostro hecho de retazos?
-¿Y si te dijera que sí?
Itadori dio un golpe lleno de rabía al suelo haciendo salpicar el agua. Se acerco a la maldición rápidamente dandole unas cuantas patadas.
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-¿Eh? Juraría que te corte. Siempre me pasa... ¿No te parece bonita? Juzou la hizo para mí. ¿No te topaste con él? Dime, ¿qué parte tuya me darás?
-Eres un fracaso con las chicas, ¿no? Acabas de conocer a alguien y sólo hablas sobre tí. Luego te cobrare. -dijo Nobara llegando al lugar.-
-¿De verdad crees que tus consejos valen algo? -dijo Mai.-
-¡Chicas! -dijo alegre Utahime.-
-¡Cielos! ¡Estoy rodeado de chicas! ¡Que popular soy!
-¿Es que no me escuchaste?
-Yo te cubro. -le dijo Mai a Nobara.- Pero evita el fuego cruzado.
-¡Tú ten cuidado al disparar!
-¡¿Desapareció el velo?! -dijo Itahime.-
-¿Es en serio? No han pasado ni 30 minutos. ¡Retirada! -dijo para después salir corriendo.-
