-Existe una regla primordial al interactuar con otros. ¿La conocen?
-No señor.
-"No pienso matarte, así que tú tampoco me mates". Lo de matar pueden reemplazarlo con lo que sea, pero hay que trazar líneas que todos acuerden respetar. Es una regla necesaria para que podamos coexistir. Pero ustedes van por la vida jactándose de romperla o de no necesitarla. Tuvo que ser divertido, ¿eh? Pero si vuelvo a verlos haciéndolo, los mato.
-¿Te hicimos algo?
-Descubrirlo es tarea suya. O muéranse.
...
-Megumi. Dijiste que no volverías a pelear.
-No actúes como si fueras mi guardían.
Odio a la gente mala. Se creen superiores a pesar de no poseer ni una pizca de empatía o ingenio. Tampoco tolero a los bonachones. Siempre perdonan a los malos. Ven el perdón como un acto de nobleza. Me dan ganas de vomitar. Tsumiki es una bonachona hecha y derecha.
-Me repugnas.
-Perdón, no pensé que se derramaría. -dijo al ver que la leche de fresa que le tiro a Megumi se termino derramando en su cabello.-
Cuando estábamos en la primaria, mi padre y la madre de Tsumiki entablaron una relación... Y se esfumaron. Un tipo sospechoso de pelo blanco me dijo:
"¿Sabes? Tu papá era de los Zen'in, una gran familia de hechiceros, pero era un patán que me asombra hasta a mí y abandonó el clan para tenerte. Megumi, tu papá te estaba guardando como su as bajo la manga contra los zen'in. Que indignante, ¿no?"
De ahí sacaron el dinero para esfumarse. Al parecer, me habían vendido a los Zen'in. Sí, fue indignante. En especial, su falta de tacto. Sin embargo, fue él quien canceló mi venta a los Zen'in. Y también consiguió que la escuela nos mantuviera a mi hermana y a mí a cambio de que en un futuro trabajara para ellos como hechicero.
¿Qué es eso de ser hechicero? Que ridiculez. ¿A quién demonios podría salvar?
-¡Oye, Tsumiki! ¿Qué crees que haces? ¡Hola, Megumi! -lo saludo alegremente tirandole un beso.-
-Nada.
-Oye, espera. ¿Ya decidiste si vas a ir a la prueba de valor?
-No quiero ir, pero iré sólo porque me preocupas.
Cuando estaba en tercero de secundaria, algo maldijo a Tsumiki. No se sabía su origen ni identidad, pero hubo muchas víctimas a nivel nacional. Lo único que descubrí es que nadie sabía nada y que Tsumiki no volvió a despertar.
"Si tuviera tiempo para maldecir a alguien, preferiría usarlo en pensar en quienes aprecio".
Siempre proclamaba sus ideales con una sonrisa.
"Que no perdones a alguien no te vuelve malo. Te impulsa tu propia bondad, ¿no?"
Incluso aceptaba mi carácter.
Aun así, se enojaba de verdad cuando lastimaba a alguien. Eso me irritaba bastante... Porque me parecía hipócrita de su parte. Pero ahora entiendo que estaba equivocado. Así como yo decido a quién salvar, ella decidió preocuparse por mí.
ESTÁS LEYENDO
𝑩𝒂𝒏𝒅 𝑨𝒊𝒅 𝑭𝒐𝒓 𝑴𝒚 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕 | 𝓜𝓮𝓰𝓾𝓶𝓲 𝓕𝓾𝓼𝓱𝓲𝓰𝓾𝓻𝓸
RandomUna Chica con una energía maldita muy grande, hasta el punto en el que no la puede controlar en ocasiones, llegando a lastimar personas que se encuentran a su alrededor.