Una Chica con una energía maldita muy grande, hasta el punto en el que no la puede controlar en ocasiones, llegando a lastimar personas que se encuentran a su alrededor.
Todos se encontraban perplejos ante aquella escena que estaban presenciando.
Sangre por todos lados, cuerpos sin vida. Todas las miradas estaban enfocadas en el centro del campo de batalla, veian aquella escena con un nudo en la garganta, y otros con lágrimas a punto de salir. Vidas habian sido arrebatada en tan pocos minutos, en tan pocos minutos todo estaba hecho un caos. Era difícil asimilar lo que estaba pasando.
En el centro del campo de batalla se podia ver a Kaori manchada de sangre, sus rodillas estaban manchadas de sangre gracias al charco que habia debajo de ella, charco de sangre que no pertenecia a ella, sino a otra personas a la cual abrazaba con mucha fuerza, los latidos de aquella persona cada vez iba disminullendo que Kaori casi no los podia escuchar. El charco de sangre cada vez iba creciendo más y más.
Aquellos ojos hermosos, como los llamaba Kaori. Aquellos ojos de un hermoso azul oscuro se iban cerrando lentamente, aunque él no quisiera, el dolor que sentia aquella persona era insoportable, pero no le importaba, sólo le importaba admirar al parecer por última vez el rostro de aquella linda chica de la cual estuvo enamorado por años, desde la primera vez que la vio. A la linda chica que esperaba con ansias a que regresara para poder verla aunque sea desde lejos.
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-Megumi...
El chico no respondió, pero hizo un sonido dandole a entender a la chica que la estaba escuchando.
-El cielo está muy lindo, está muy azul y con las estrellas hace que se vea aún más lindo.
-Está como siempre, siempre se ve así.
-Lo sé.
Megumi se sento, volteando su mirada hacia Kaori, la cual todavía seguia acostada viendo el cielo. Megumi lentamente su cabeza hacia un lado, mostrando confusión. Kaori que lo veía de reojo soltó una pequeña risa al ver aquella acción del chico, para luego sentarse y mirar a Megumi.
-Lo sé. Sé que el cielo está así siempre, no hay ninguna diferencia. Para ti. Para mi siempre será lindo, aunque siempre se vea igual. Para mi es lindo, creo que lindo queda muy pequeño. Tal vez... ¿Hermoso? Para mi siempre es hermoso porque me recuerdan a tus ojos, tus hermosos ojos.
Megumi la miro un par de segundos para luego girar rápidamente su rostro avergonzado por lo que acababa de decir Kaori. Pasaron un par de segundos y Megumi volteó lentamente el rostro, chocando mirada con Kaori, la cual ya lo estaba viendo. Megumi poso su mano en la mejilla de Kaori, acariciandola suavemente para después acercar su rostro lentamente. Cortaron la poco distancia entre ellos, uniendo sus labios en un lindo beso.
Un par de segundos después se separan un poco agitados y con una pequeña sonrisa formada en labios. Megumi recosto su cabeza en el hombro de Kaori.
-Sabes... El cielo de las mañanas me recuerdan a los ojos de mi papá... Aunque siendo sincera prefiero el cielo de las moches, prefiero esos hermosos ojos. -dijo para luego soltar una pequeña risa.-
