No puedes obligarme

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Dulce mira al hombre que tiene delante con enojo. Él sólo la mira esbozando una leve sonrisa.

Dul: Siempre he sabido que no te darías por vencido Christopher.

Chris: Eres mi mujer y regresarás conmigo te guste o no.

Dul: No puedes obligarme.

Chris: Sabes que puedo hacerlo, además mis hijos deben estar conmigo.

Dul: ¿Tus hijos? ¿Desde cuándo te interesan tus hijos? Preferiste tus malditos negocios antes que tus malditos negocios antes que a ellos.

Chris: No lo entiendes.

Dul: Lo único que entendido es que no los amas como deberías. Ellos tendrían que ser tu prioridad. Lo más importante para ti, antes que yo, antes que tu, antes que tus negocios.

Chris: No pienso escucharte más. Vámonos.

Dul: ¡NO!

Tatiana: Christopher deja de hacer esto más difícil. Déjala ir.

Chris: Tu y yo también hablaremos jovencita.

Tatiana: Deja de sarmonearme

que ya no soy una niña. Entiende de una vez que soy adulta y Dulce es libre de decidir que hacer con su vida, no eres su dueño.

Chris: Soy el padre de sus hijos y el primer hombre en su vida.

Tatiana: Exacto, eres el padre de sus hijos y el primero en su vida pero no el último. Cuantas mujeres no han tenido hijos y se han separado criando a sus hijos solas. Hazme el favor.

Chris: Deja de meterte donde no te llaman.

Tatiana: Y tú deja de querer adueñarte de la vida de todos.

De pronto Chris agarra a Dulce como costal de papas y se la lleva de allí, en cuanto a los hombres de Chris agarran a los bebés, a Tatiana y a Felix llevándoselos también.

EN LA MANSIÓN UCKERMAN

Chris entra a Dulce a la fuerza mientras esta grita y patalea diciendo que la suelte. Alexandra y Olga que están en la sala los ven entrar y se quedan sorprendidos. Chris baja a Dulce y la suelta. Esta lo mira y le da una fuerte cachetada furiosa.

Dul: No vuelvas a ponerme una mano encima imbécil.

Chris: (enojado) ¿Por qué demonios me golpeas?

Alexandra: Christopher...

Dul: (sonríe triste) Déjelo que intente golpearme así mismo tendré otro nuevo motivo para no querer verle más la cara de imbécil que se carga.

De pronto los hombres de Chris dejan a Tatiana y a Felix junto a los bebés en la sala con todos los demás y se marchan.

Alexandra: Mis nietos.

Olga: Mis pequeños bebés.

Ambas corren a cargar a los bebés llenandolos de besos.

Tatiana: Hola mamá.

Alexandra: Hola hija. Les dije que las iban a atrapar.

Chris: ¿Tu la veías mamá?

Olga: Ambas la íbamos a ver, obviamente no dejaríamos de ver a mis niñas y a esos bebés hermosos.

Chris: Bueno, quiero hablar con mi mujer ¿Me dejan?

Dul: Yo no soy tu mujer imbécil.

Chris: Deja de insultarme y por supuesto que eres mi mujer.

Dul: Claro que no, deje de serlo en el mismo momento que decidiste tus negocios antes que tu familia.

Peligroso  dulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora