Capitulo 17: Otro día en la empresa

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Freen

Aquella mañana, después de un fin de semana increíble con mis amigos y mi pareja en la playa, me levanté temprano y me preparé meticulosamente para ir a la empresa. Estaba emocionada por el día que tenía por delante, especialmente porque sabía que pasaría tiempo con Becky esa noche. Mientras me dirigía hacia el trabajo, el sol de la mañana iluminaba el camino, llenándome de energía y anticipación.

Cuando llegué a la empresa, me encontré con Mint, Heng y Becky, las primeras en llegar también. Al ver a Becky, vestida de manera elegante y radiante como siempre, quedé completamente asombrada. Su sonrisa iluminaba y su presencia me dejaba sin palabras. Estaba tan hermosa que me resultaba difícil apartar la mirada de ella.

Nos saludamos con entusiasmo y nos sumergimos en nuestras actividades laborales. A lo largo del día, nuestras miradas se encontraban de vez en cuando, creando una conexión silenciosa pero poderosa entre nosotras. Sentía mariposas en el estómago cada vez que nuestros ojos se encontraban, y no podía evitar sonreír cada vez que intercambiábamos palabras.

Por la noche, después de que todos los empleados se fueran, Becky y yo nos encontramos en la empresa como habíamos planeado. Pedimos comida de nuestro restaurante favorito y nos sentamos en un rincón acogedor.

-¿Que planeas hacer después de comer acá?- Becky curiosa

-Estaba pensando por la mañana en invitarte a mi casa está noche, ¿que te parece?- Dije dandole un beso en la frente a Becky

-¡Me suena genial!- dijo Becky sonriendo

-Que no se te olvide que tenemos algo pendiente nosotras eh!- Dije

-¿Pendiente de que, amor?-

-La noche en la que mis amigos Thomas y Jacob nos interrumpieron...- Dije susurrandole en el oido

-Te quedaste con las ganas Mi Freen?- Becky tocandome la nariz

-Si, justo vino Thomas y Jacob- Cruze los brazos

-Mi amor, tranquila- Dice Becky dándome besos por toda mi cara

Becky me miró con ternura

-No te preocupes, mi amor. Esta noche, nada nos va a interrumpir. Vamos a asegurarnos de que tengamos todo el tiempo del mundo para nosotras y cumplir todas nuestras promesas pendientes-. Sus palabras me llenaron de calidez y amor, y supe que esta noche sería especial.

A continuación despues de bajar en el ascensor para recoger el pedido, subí rápidamente de nuevo hacia mi oficina, ansiosa por disfrutar de la cena con Becky. Al llegar, encontré la habitación iluminada por el suave resplandor de las velas que Becky había encendido. La atmósfera era increíblemente romántica, y su sonrisa mientras me miraba me hizo sentirme aún más enamorada de ella.

Nos sentamos juntas, rodeadas por la suave luz de las velas, y comenzamos a disfrutar de nuestra deliciosa cena. Conversamos, reímos y nos miramos profundamente a los ojos, compartiendo momentos íntimos que fortalecían nuestro vínculo. Cada gesto, cada mirada, era una expresión de nuestro amor mutuo.

-Amo estar cerca de vos- Dije tomándole de las manos a Becky

-Y yo amo estar cerca de vos- Repitió Becky

-Nadie ni nada nos va a separar de nuestro gran amor- Dije

Mientras le decía cosas bonitas a Becky, ella me llenaba de dulces besos por toda la cara, dejando rastros de amor en cada centímetro de mi piel. Sus labios encontraron mi cuello, dejando suaves besos que enviaban escalofríos por mi espina dorsal, y en ese momento, supe que estábamos hechos el uno para el otro, unidos por un lazo inquebrantable de amor.

El suave roce de sus labios en mi cuello enviaba olas de electricidad a través de todo mi cuerpo. Cerré los ojos, perdido en el éxtasis de su caricia, mientras nuestras palabras de amor se entrelazaban en el aire, creando una sinfonía de sentimientos profundos y genuinos.

En ese instante, el mundo exterior desapareció por completo, y éramos solo nosotras dos, inmersos en un océano de amor y pasión. Sus besos, suaves como pétalos de rosa, me recordaban que estábamos tejidos en el tejido mismo del destino, destinados a amarnos eternamente.

Cada beso hablaba un lenguaje sin palabras, expresando amor, confianza y un compromiso inquebrantable. Nos envolvimos el uno al otro con ternura y devoción, prometiéndonos mutuamente un amor que resistiría todas las pruebas del tiempo y del mundo exterior.

En ese momento mágico, comprendí que el amor verdadero no conoce límites ni fronteras. Éramos dos almas perdidas que se habían encontrado en un universo caótico, y juntos, éramos invencibles. Y así, nos quedamos allí, enredados en un abrazo eterno, mientras el mundo giraba a nuestro alrededor, ajeno a la intensidad de nuestro amor.

Amor a primera vista (Freenbecky) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora