Capítulo 28

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Brenna

Cansada y aturdida, todo a mí alrededor estaba oscuro, sentía mi cuerpo muy pesado y ni hablar del dolor de cabeza tan insoportable. Una luz se enciende y por acto reflejo cierro los ojos, los abro poco a poco, miro a mi alrededor e intento saber dónde me encuentro, estoy en un cuarto muy pequeño, donde siquiera hay ventanas, hay bastante humedad en el sitio, me encuentro tumbada en el piso frío.

Levanto la mirada y ahí está James frente a mí, con esa sonrisa malévola de siempre, se acerca a mi poco a poco, pero siento que no pudo moverme, le grito a mi cuerpo que se mueva, pero sigo aquí, a la espera de que el me haga algo malo. Empiezo a entrar a en pánico cuando está más cerca de mí y yo sigo sin poder moverme a pesar de que no estoy amarrada.

—Eres mía —su voz se hace más grave, sus ojos se vuelven más grandes, intimidándome por completo, mi pecho empieza a subir y bajar, el empieza a reír, una risa escalofriante, mientras yo siento como se va mi respiración poco a poco, hasta que ya no puedo respirar.

***

Me despierto con la respiración agitada y la frente sudorosa, Zack está a mi lado sentado en la cama, con sus manos en mis brazos y una cara de preocupación; el me abraza y yo intento tranquilizarme, solo fue una horrible pesadilla que sintió bastante real, estaba dejando de respirar en la realidad.

—Yo te voy cuidar Bren, tranquila —susurra Zack. De alguna forma este viaje me sirve para escapar de James, olvidar que él está en Inglaterra, pero es imposible dejarlo, volvió a aparecer en mis sueños, atormentándome como solía hacerlo. Miro la hora en el reloj de pared, son apenas las cinco de la mañana, está bastante temprano, Zack me suelta y peina el cabello de mi frente.

—¿Estas bien? —cuestiona aún con preocupación.

—Sí, podemos volver a dormir —le pido y él me sonríe y besa mi mano.

—Lamento decirte que debemos volver a la casa del abuelo antes de que mamá despierte —dice sujetando mis manos, me dejo caer de espaldas en la cama y me quejo, yo que pretendía seguir durmiendo, sigo cansada por lo de anoche y no solo hablo del sexo, la fiesta también.

—Vamos, no seas perezosa —él se levanta de la cama y va al baño, aprovecho el momento para dormir cinco minutos más que se alargan a diez mientras el termina de alistarse, pero fue demasiado rápido y mi mini descanso no duro más que solo eso. Me vi obligada a lavarme la cara y todo lo demás, ponerme la ropa y salir de la habitación junto a Zack, entregamos la llave en la recepción y volvemos a su coche.

—Es muy probable que tú madre se haya dado cuenta de nuestra nula presencia en la casa —digo con los ojos cerrados, el conduce por las calles un poco solitarias de Bradford.

—Pero se hará la que no sabe nada y así es mejor para todos —El conoce a su madre mucho mejor que yo, si dice eso es porque sabe que así será. Para cuando llegamos a la casa, Zack me ayuda a entrar por la ventada, fue bastante difícil no hacer ruido considerando qué hay mucho silencio aquí, que la habitación estaba en el segundo piso, justo al lado se encontraba la ventana de donde duerme su madre y que no es para nada fácil escalar para llegar hasta la habitación silenciosamente. Para Zack fue bastante fácil, no es novato en esto.

Cuando me cambie la ropa por un pijama más decente, para aparentar de que, si estuvimos aquí anoche, esperaba tener el mismo sueño de hace rato, pero simplemente se esfumó, así que aproveché para responder los mensajes de Danielle, Denise y Jenna, quienes no dejaban de preguntar cosas, es cómo si las tres se hubiesen puesto de acuerdo.

—¿No seguirás durmiendo? —pregunta Zack con la mirada en el techo y sus manos en el pecho.

—Ya no tengo sueño —murmuro mientras reviso mis notificaciones.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora