Capítulo 35

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Y terminé en el mismo lugar de siempre, marihuana en casa y ebrio hasta no poder sostener un porro, cuando ya eran las doce de la noche y al otro día tenía trabajo de todo tipo, aparte de cuidar a Brenna y ver que ella esté bien, si ella está de acuerdo, porque ahora no sé qué tan cerca me quiera lo que me duele bastante.

Estando borracho y drogado, no podía dejar de pensar en que la única solución para mantener a Brenna protegida de Fernández, es buscando un lugar para que viva conmigo, un lugar seguro, en un vecindario seguro, actualmente ninguno de los dos vivimos en un lugar totalmente seguro, es por eso que están pasando estas cosas. Haciendo un gran esfuerzo para verme un poco más sano y menos borracho, antes de ir al trabajo visito a Brenna, dónde encuentro a los policías, Jenna me recibe con un abrazo y bastante feliz de que haya llegado.

—Ella no ha querido comer nada, tiene que declarar hoy, ir al hospital, y ver si es necesario coger terapia —dice totalmente desenfrenada. Está esperando que yo haga que Brenna se levante de la cama y haga todo eso cuando probablemente soy la última persona que quiere ver en este momento.

—¿Tu estas bien? —pregunta mientras se transporta a la cocina.

—Para nada, ¿tienes algo para el dolor de cabeza? —La sigo hasta la cocina y ella me tiende un vaso de agua con una pastilla que me tomo inmediatamente.

—¿Puedes hablar con ella? Quizás a ti si te escuche —susurra. Se nota que Jenna ha dormido muy poco, es por eso que hago lo que ella me pide y decido hablar con Brenna, tengo miedo de que me pida que salga de la habitación y no vuelva más, está en todo su derecho.

—Bren —susurro mientras abro la puerta, ella está arropada con los pies hacia la puerta, me mira desde su lugar sin siquiera moverse. Entro a la habitación y sigilosamente me siento a su lado en la orilla de la cama.

—No tengo hambre y tampoco quiero volver a verle la cara a James, no iré —dice antes de que pueda decir algo, parece que Jenna la ha estado presionando.

—Tienes que comer, aunque no tengas hambre, y quién te dijo que verás a James, solo darás tu declaración de lo qué pasó, será rápido —le pido, sus manos no están visible para mí, las tiene escondidas debajo del edredón, lo único que puedo tocar es su rostro. Ella no dice nada, solo mantiene su mirada puesta en mí, peino su cabello y ella sigue observándome con la misma mirada de ayer.

—Vamos, si no comes te enfermaras y no quiero eso —murmuro a pesar de que recibiré un no de su parte. Brenna se sienta en la cama y me mira por un minuto con su mirada en sus manos sobre su regazo.

—Bien, y sólo declararé si es aquí —le sonrío mientras sujeto su mano y veo que no la aparta de mí. Que me haga caso y que no se encoja por mi contacto quiere decir que no es tan malo como pensaba.

—¿Qué hay de ir al hospital? —murmuro. Ella solo asiente con los ojos cerrados. Me encargué de cocinarle yo, las cosas estaban fluyendo y yo quiero que ella se recupere y vuelva a tomar el ritmo de su vida. Brenna come en silencio, se ducha y se cambia, sin decir una sola palabra, lo único que se escucha es el sonido de mi móvil, papá insistiendo como siempre.

—Contesta, parece ser urgente —comenta Brenna dándome la espalda mientras se pone los zapatos. No le contesto, solo me levanto del sillón, y rápidamente me despido de ella antes de que la policía llegue a tomar su declaración contra James. Justo cuando pensé que no había nada malo entre nosotros, pero claramente ella no me quiere cerca, quizás lo mejor que puedo hacer es darle un poco de espacio, aunque lo único que quiera es estar a su lado todo el tiempo que pueda y protegerla, pero si Brenna empieza a tener miedo de mí, no creo que haga buen trabajo.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora