Confesé, y durante lo confesión están muy nervioso, tanto que estaba teniendo un ataque de ansiedad, mis manos temblaban y estaba sudado frío, mi respiración acelerada y sentía mi cuerpo pesado, me sentía cansado. Aun así, confesé. Dije toda la mierda que sabía de Fernández, quien era, con quien trabajaba, quienes eran sus enemigos, cómo transportaban las drogas de frontera en frontera, definitivamente ya no había vuelta atrás.
A la única persona que dejé fuera de mi confesión fue a mi padre, solo espero que el haya sido lo suficientemente astuto como para limpiar rastros de que ha sido cómplice de Fernández, y que haya limpiado cualquier cosa que lo pueda relacionar con ese hombre. Él sabe que debe tener cuidado con Adrián, aun cuando es su mano derecha, y espero que lo tenga muy claro. Mis hermanas lo necesitan fuera de las rejas.
Fui llevado a la cárcel mientras hacían las investigaciones, la última vez que estuve aquí fue por apuntar con mi pistola a Thomas frente a la casa de sus padres. Me limité en solo decir lo que hacía para ese hombre, durante el proceso de investigación preguntaron a cuántas personas maté, no respondí, si llevaba la cuenta, pero no quería pasar mi vida entera en prisión, tenía esperanza de volver a Brenna algún día.
Me pasé año nuevo y mi cumpleaños en la cárcel mientras aún seguía esperando por mi sentencia, recibí una llamada de papá y casi le rogué que no trajera a mis hermanas hasta aquí. Los policías han atrapado a Jack, y obviamente él no ha declarado nada, sé que está enojado conmigo por delatarlo, después de todo él fue quien me metió en esta mierda, así que se lo merece, no somos amigos.
Luego de que interrogaran a papá y no hayan encontrado nada con que lo pudieran encarcelar. Tenía el mejor abogado de mi padre y pues, llegó el día en el que un juez determinaba mi destino, esperaba que me sentenciaran a cadena perpetua y me enviaran a una prisión de categoría A, esas que son de máxima seguridad, para criminales. No fue así.
Un año en un centro penitenciario en HM Prison Rochester, una institución de delincuentes jóvenes de categoría C, a una hora de Londres. Estaba totalmente sorprendido de que toda la evidencia que tenían señalaban a Jack, cómo culpable, y yo no tenía nada que ver con eso, claramente mi ex compañero de banda no pensaba lo mismo, pues fue enviando a una prisión de máxima seguridad por cosas que yo hice y sé que no está bien, pero si alguien ha hecho esto por mí, debe haber una buena razón. Sé que mi padre no fue, puede que sea poderoso, pero no lo es tanto como para engañar a la policía de esa manera, cuando yo tenía pistolas en mi casa, y he matado personas con ellas, tan solo con eso podían enviarme a una prisión de categoría A, y pagar una condena de por vida.
Fernández se había escapado quien sabe a dónde y yo seguía pagando mi condena tranquilamente, sin meterme en problemas, pensando en mi madre y en que no tendré que hacer todas esas cosas malas.
Estaba solo y encerrado en la cárcel, la vida de recluso no es para nada como presentan en las películas, no es tan violenta, no es una serie interminable de venganzas y golpizas, al gobierno le gusta hacer creer a la gente que la cárcel es un lugar llena de salvajes que te van a asesinar en cuanto entres. Pero mentiría si dijera que no es violenta, la mayoría de las peleas son entre pandillas o contra violadores y pedófilos. Con el tiempo que duré allí metido, todo un año, me di cuenta de que allí la mayoría se llevan bien, después de todo, lo único que queremos es cumplir la condena y salir de aquí cuanto antes, no olvidemos que todos los que están aquí no tienen más de 21 años de edad.
El itinerario de prisión es un tanto agotador. Despertaba todos los días a la cinco y media de la mañana, ducha, cambiarse de ropa y arreglar la habitación, aquí no se les llama celda, todo es poco más humanizado. A las 6:10 AM trabajamos, yo soy bueno con las herramientas, así que me asignaron el taller de carpintería, de todos modos, tenía un maestro instructor. A las 7:10 Am, hora del desayuno y a la ocho de la mañana suena la campana para ir a la capilla, siempre estábamos ocupados, volvíamos a trabajar a las 8:30 AM hasta el mediodía, comemos hasta las una y media, volvemos a trabajar hasta la cinco, a las cinco y media cenamos, durante esas horas era dueño de mi tiempo, podía estar 30 minutos al aire libre todos los días, si así lo deseaba, por lo general yo hacía ejercicios, y escribía canciones hasta que llegaba la hora de volver a las habitaciones, a las 8:20 PM apagan las luces y repetía todo aquello todos los días, por un año. Es tedioso.
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Escape: Zack ©
ActionUna novela sobre un amor rodeado de peligro, adicciones y persecución mafiosa. Zack es un chico que vive una vida acelerada por haber tomado una mala decisión, que en el futuro determinará en quien se convertirá y como esto le afectará. Todo se vue...