Escape: Zack ©

Capítulo 54

Dejé a Zack en manos de Bryan, lo dejé dormido, y volví a casa con Nathan, ninguno dijo nada durante el trayecto, pero claro que él tenía mucho que decir, así que esperó a que llegáramos a casa.

-Sigo sorprendido por todo lo que acaba de suceder, nunca mencionaste que el chico era rico, que tú vivías como una reina, no preguntaré nada que no quieras responder, sobre todo de ese tal Fernández -dice entrando a mi lado a mi habitación.

-Nathan, te explicaré en su momento, ahora solo quiero descansar -le hago saber mientras me dejo caer de espaldas en la cama.

-¿Sabes? Deberías dejar de engañarte a ti misma, y dejar que las cosas sucedan, sé que tienes miedo y es normal, pero sabes que estarás con él tarde o temprano -dice desde la orilla de la cama. Apoyo todo mi peso en mis codos y lo observo sorprendida. Parece que me está pidiendo que vuelva con Zack.

-¿Por qué lo dices? -pregunto con el ceño fruncido.

-Porque he visto cómo te mira, y tú a él, y me he dado cuenta el tipo de relación que tienen, todavía no puedo entender por qué lo amas tanto, si tengo mejores cualidades que Zack, supongo que a ti no te gusta lo ordinario -Me siento en la cama increíblemente sorprendida de sus palabras.

-Tú no eres ordinario -respondo de inmediato.

-Pero te hago sentir ordinaria, cito a Óscar Wilde: nunca ames a alguien que te haga sentir ordinario -susurra tomando mis manos con la suya. No digo nada sobre ello porque realmente no sé qué decir.

-Deja de engañarte a ti misma, ustedes van a volver y lo sabes, ahora descansa, te veo mañana -susurra Nathan mientras deja ir mis manos. Me rompe el corazón verlo de esta manera, sabía que llegaríamos a esto, y es lo que no quería.

-Te quiero Nath -le digo cuando se detiene en el umbral de la puerta.

-Y yo a ti -susurra antes de irse y dejarme sola. Pienso lo que me dice y quizá tenga razón, debería dejar que las cosas pasen, pero entonces recuerdo la inestabilidad en la que me encontraba cuando estuve con Zack. Le tengo más miedo a perderme a mí misma una vez más, que a cualquiera otra cosa.

***
Nathan

Amor no correspondido, todos pasamos por esa etapa en algún momento de nuestras vidas, supongo que este es mi momento. En el que me siento, insuficiente, desesperando e indefenso. Se lo que es amar a una persona a tal punto que no te imaginas una vida sin esa persona hasta que llega el momento de estarlo y te sientes perdido e incapaz de amar a alguien más, de besar otros labios siquiera.

Es por eso que he decidido no vivir en la incertidumbre, no me quedaré a la espera infinita mientras ella decide que es lo que siente por mí, así que en cuanto nos vayamos de Londres, me apartaré de ella por un tiempo y así me permitiré reajustarme emocionalmente sin su presencia. Me funcionó una vez, esta segunda ocasión debería funcionar igual.

Desde que Brenna vio esa fotografía de Zack, después de años sin saber nada el, supe que tanto ella lo amaba, supe que tan puro eran los sentimientos de ella hacia ese chico. Luego vi cómo se miraban en la fiesta y nunca había visto a alguien mirarse como ellos lo hacían, quisiera tener un espejo en frente cuando miro a Brenna, ¿será que me brillan los ojos como a Zack? Desearía que Brenna me mirara como ve a Zack, pero es mucho pedir, pareciese que estuvieron juntos por más de un año, pero no, yo he estado con Brenna un poco más de lo que Zack ha estado con ella y aun así parece que el la conoce más que yo, así de puro es el amor entre ellos y lo envidio.

La siguiente mañana pretendía salir con Brenna y seguir conociendo Londres. A pesar de que era verano estaba lloviendo, este es el mal tiempo que todos mencionan, el sol salió cuando llego la hora del té, me encontraba en el parque frente a la casa de Jenna, mensajeándome con Allison, contándole de mi "ruptura" con Brenna, y solo minutos de estar afuera vi la silueta de alguien acercarse a la puerta, era Zack, deslizando un sobre por debajo de la puerta para luego darse le vuelta e irse, es entonces cuando nota mi presencia, me saluda con la mano y a duras penas camina. Sigue viéndose como que le dieron una paliza.