Mi RD ⤛ Harry Potter

#13

April se reunión con sus amigos y les contó lo ocurrido. Ambos opinaban que su vida era un auténtico culebrón, cosa que hizo rodar los ojos a April. No comió mucho, estaba envuelta en sus pensamientos. 

Sin previo aviso, se encontró frente a frente con Mattheo, ésta, le sonríe amablemente recordando aquella bandera blanca y este le devuelve la sonrisa a modo de saludo. 

April comienza la conversación de manera amigable, todo lo posible al menos, para intentar evitar volver a ponerse a la defensiva al hablar con Mattheo. Empieza preguntando sobre cómo ha sido su experiencia en Hogwarts hasta ahora, ya que recién ha llegado pensó que podría ser buena idea. Mattheo responde riendo que de momento, todo estaba yendo de maravilla, y agregó que menuda forma de intentar conversar. Quedó pensativo por algunos segundos.

- ¿Todo va bien?

- Si, es solo que tengo que lidiar con algunos... detallitos.

- ¿A qué te refieres?

- Nada del otro mundo, no tiene importancia -respondió de forma desinteresada.

- Bueno, como tú digas.

- Es solo que se me hace raro venir aquí. Dumbledore es muy extraño, no sé qué pretende trayéndome a Hogwarts.

- Seguro que algún buen motivo tendrá.

- Ese viejo...

- No te pases Mattheo, Dumbledore es un gran hombre, seguro que tiene una buena razón y un buen propósito.

- Tal vez intente chantajear a mi hermano para que se detenga -estas palabras dejaron helada a April.

- ¿Cómo? -preguntó lentamente.

- Ya hablé demasiado... -dijo entre dientes. Se levantó rápidamente y se marchó a quién sabe dónde.

April se quedó muy pensativa, era demasiado sospechoso ese comportamiento. Theo y Blaise habían estado escuchando la conversación y estaban algo tensos, no decían nada pero el silencio bastaba, los tres pensaban lo mismo, Mattheo estaba ayudando a su hermano Tom, o más bien, a Voldemort a regresar.

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Los chicos decidieron ir al Lago Negro, ese lugar era ya sagrado, especialmente para April. Antes de esto, April fue a buscar a su tío Lupin para contarle sus sospechas, sin embargo, no lo encontró por ningún lado. Esperaba que estuviera bien puesto que en la noche habría luna llena.

Se sentaron bajo el árbol de siempre, no quedaba mucho para que anocheciera y el cielo se veía precioso, lleno de colores. 

Comenzaron a hablar de la situación tras unos breves minutos.

- ¿No creéis que deberíamos ir a buscar a Dumbledore?

- Tal vez, pero no creo que nos haga caso, después de todo, el accedió a que Mattheo viniera.

- Yo creo que podríamos intentarlo. Yo podría hablar con mi padrino, tal vez el pueda hablar mejor con Dumbledore.

- ¿Con Snape? No se yo...

- Es una buena opción -dijo Theo. Seguro que a ti te escucha.

- Lógicamente Theo, es mi padrino -dijo riendo y provocando la risa de este.

- Está bien, pues deberíamos ponernos en marcha.

- ¿Nosotros?

- Claro, vamos los tres. Esto es importante chicos.

- De acuerdo, tienes razón -aceptó Blaise suspirando.

Estaban encaminándose hacia el castillo, cuando ya estaban a punto de llegar, vieron sobrevolando el cielo un montón de dementores encaminándose hacia el Lago Negro.