Capítulo 87.5 (Especial)

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– ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me puse a dormir para ser honestos? – Se preguntó en voz alta, pero no recibió respuesta alguna – Bueno, es hora de ir a hacer travesuras – Harta de su propio silencio tomó una maleta algo grande y abandonó la pieza, antes de que le dieran ganas de volver a la cama.

Al salir de aquella habitación solo pudo ver la casa de siempre, las puertas grandes y reforzadas de color rojo con el nombre de cada dios que alguna vez ocuparon en un largo pasillo. Por el momento los dioses estaban regresando por temporadas, pero la mayoría del tiempo solo estaba ella sin ninguna compañía.

Con pocos ánimos se acercó a una de estas con el nombre de "Coatlicue" escrito en ella, dio un suspiro pesado y dejo que la gravedad la sentara en la entrada – Se que estas adentro, me tienes que acompañar al especial – Al no tener respuesta volvió a golpear la puerta – Sol no me ignores, por favor – Soltó al aire, pero no recibió respuesta alguna.

Con el doble de pesadez se levantó para ir a tocar la siguiente habitación, esta tenía el nombre de "Mictlantecuhtli" – Oye los espero en la entrada de la casa dile a los demás que tenemos trabajo que hacer – Y no dijo más.

En la tercera entrada hizo lo mismo "Huitzilopochtli" estaba escrito en esta – Deja de holgazanear y apúrate que se nos hace tarde, sabes que a ella no le gustan los retrasos – Para su suerte en esta puerta si recibió respuesta.

– ¿A poco es hoy? No manches, estoy hecha un completo desastre ¿Con que forma y vestimenta vamos a asistir? – Preguntó una hermosa voz de una señorita desde adentro de esa habitación.

– La humana, y ponte lo que quieras, pero asegúrate de que todos lleven sus huipiles – Ordenó con algo de molestia la otra señorita.

La cuarta puerta decía "Tonatiuh" y estaba justo enfrente de la tercera – Tsubasa, ya nos escuchaste así que apúrate, por favor –

Siguió caminando y bajo a uno de los pisos inferiores, cabe aclarar que su recamara estaba en el último piso de la vieja casa, dejo de lado algunas cuantas entradas por que en verdad estaban vacías, en este piso solo toco una de las puertas que decía "Meztli" – tenemos trabajo que hacer –

Los siguientes cinco pisos, estaban completamente vacíos, lo característico de estas entradas es que eran coloridas, cada una era personalizaba con las pequeñas letras de los que alguna vez los habitaron – Sol, tenía razón mis niños, no fueron míos por mucho tiempo – Dijo la niña de piel blanca, al recargarse en una de estas puertas – ¿Serás una buena madre o ni te has te acordar de tu nena? – Volvió a preguntarse sin recibir contestación

– Tengo mi pijama todavía, me da una pereza cambiarme de ropa – Con algo de actitud se volvió a poner de pie, entro a uno de los baños del tercer piso de la casa, rápidamente se arregló un poco, su cabello quedo suelto por completo, también tenía puesta una pulsera dorados, además de que ahora traía un vestido de dos piezas que le llegaba a la rodilla, la falda tenía tantas flores que parecía un campo relleno, la parte de arriba era una blusa rosada con un moño en nudo y encajes y unas zapatillas que hacían juego con el vestido.

Bajo al segundo piso, donde el dios que iba a ver ya estaba listo y esperándola con calma afuera de la puerta "Tezcatlipoca" – Deberías vestirte así más seguido, te queda muy bien ese estilo y estoy seguro de que la mayor se alegraría al verte un poco más, deja de dormir mucho – Saludo cortésmente el dios al darle una vuelta de baile a la señorita.

– Deja de decir tus tonterías, si duermo mucho es mi problema, mejor puedes ayudarme yendo por los babosos de los demás, creo que solo me hizo caso uno de ellos, por favor, yo iré con la jefa – Pidió con algo de frustración.

INAZUMA ELEVEN SUB-CONSCIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora