INAZUMA ELEVEN SUB-CONSCIENTE

Capítulo 103

En otra parte del mundo un característico joven de cabellos castaños y apellido peculiar se encontraba volviendo de la escuela, por esta ocasión su madre fue a recogerlo a su secundaria actual, quien siempre hacia el favor de recoger al menor era su gran amigo y segundo capitán de equipo nada más ni menos que "El meteoro blanco de Italia", pero dicho jugador se había esfumado de su país puesto que un simple día solo se fue con el capitán de su selección y la copia de otro castaño, ni adiós le dijo a su pequeño "aprendiz".

– Mamá esto es una porquería – Se quejo el menor al ir en el asiento del copiloto, pues la persona a la que le decía madre iba manejando con total precaución uno de sus autos deportivos – Quiero decir, el capitán Fidio solo se fue con el capitán Nakata y la copia de Kido la semana pasada, le mando mensajes o le hablo a algunos de los tres y no me contestan, la vez que me contesto el capitán Fidio un mensaje fue para decirme que no podía hablar, luego le mande uno a Yuto, pero fue la misma respuesta –

– Mi pequeño niño – La mujer de hermosos cabellos castaños rizados y ojos azules acaricio la cabeza de su hijo en el momento que el semáforo estaba en alto – Fidio, Yuto, Julio y Nakata son como tu padre en unos cuantos aspectos, sabes que siempre hacen sus cosas a su manera, pero voy a concordar contigo esta vez mi amor, no estuvo bien lo que hicieron los cuatro, me las van a pagar en primera por creer que se pueden ir así como sin nada y en segunda, porque ya van varias que se les paso – Dictó con molestia la actual presidenta de la Federación de fútbol juvenil Italiano – Y por parte de Yuto también me va a escuchar, los cinco van a conocerme enojada –

– Exacto es hora de corregir a los cinco, aún que le agradezco a papá por llevarme con él ese día, porque así pude tener una mami tan genial como usted y conocer a mis mejores amigos – Dijo infantilmente el delantero al sonreírle a la mencionada a su tan característica manera.

– De eso no puedo regañar al cabezota de tu padre, le agradezco por darme la felicidad de tener un hijo tan único como tu mi pequeño Satoroshi – Dijo la mayor al seguir conduciendo rumbo a su casa para poder comer en familia y alistar algunas cosas.

De vuelta en Brasil la noche se hizo presente, y sin querer la madrugada también puesto que para nuestro delantero de piel morena eran las 3 de la mañana, había conseguido dormir un poco unas cinco o seis horas a lo máximo. Por alguna razón sus nervios se hicieron presentes desde que hablo con los implicados y los candados por la tarde, estaba completamente seguro de ayudarlos en todo lo que planeaban hacer a favor o en contra de la C7 o el fútbol.

– ¿Por qué estoy tan nervioso? – Mac se cuestionaba al nada más despertar – Hice lo pedido por ellos, el alboroto para toda la selección quedo a la perfección, pero algo no me deja tranquilo – El delantero se levantó de su cama y no le importo hacer ruido, puesto que estaba solo en casa, sus padres se habían marchado a ver a sus tíos por unos días en lo que las fábricas donde trabajaban regresaban a funcionar ya que estaban cerradas por el tema de Garushirudo, su entrenador de selección que actualmente seguía en la cárcel – Él no puede estar con ellos, mamá nunca lo dejaría volver a nosotros después de lo que hizo – Para estas alturas el niño de cabellos negros se encontraba alistando su maleta a la par de recoger una tan característica caja metálica de diez picos que tenía debajo de una tabla en la casa de su perrito, dicho objeto estaba completo, claro que a falta del comunicador que tenía puesto – Equipo para jugar y regalos que me dio ella listos, mi balón también lo llevo –

Al salir de su casa y verla bien desde afuera, sintió como otros tres amigos de su selección lo esperaban. Mac les dijo que no era necesario que lo acompañaran a la carretera en donde el ayudante de los candados lo estaría esperando, pero los tres insistieron tanto que no tuvo otra cosa que hacer más que aceptar.