Capítulo 1

1.3K 77 47
                                    

Todo comenzó con una simple tarde normal en el Instituto Raimon. Nuestro energético capitán se encontraba en el campamento con la selección juvenil de Japón, junto a sus amigos practicando como de costumbre el deporte que tanto adoran. Estaban a mitad del entrenamiento con horario vespertino alrededor de las 5 aproximadamente...

Fue en ese momento que el campo de juego en donde practicaban se rodeó por completo de una niebla con tonalidad oscura y espesa, otra de sus características de dicha bruma era, era no dejaba ver algo a más allá de un metro de distancia.

Rápidamente su mente junto con su cuerpo empezó a llenarse de temor combinado con angustia, una gran angustia que no lo dejaba pensar con claridad ante el suceso que presenciaba – ¡Amigos ¿Todos están bien?! – Gritaba desesperadamente el capitán de la selección presente.

En la media del campo si de posiciones hablamos, otro joven jugador se encontraba temblando de miedo, el castaño de rastas recordaba con dificultad algo similar a lo qué les estaba pasando ahora – Pero... ¿Cómo pasó esto tan de repente? – Se cuestionó el estratega así mismo – Las cosas estaban bien, no comprendo por qué se empiezan a salir de control así, no tuvimos ninguna señal –

Más adelante uno de los delanteros estrellas del equipo se empezaba a desesperar, no lograba encontrar a ninguno de sus amigos por caminar a ciegas, lo único que le quedaba era usar el sentido del oído y su voz – ¡¿Qué está sucediendo?! – Habló sorprendido para su persona – ¡¿Por qué ahora?! – Cuestionó.

Unos metros más cerca del área grande Kazemaru buscaba a quien tuviera más cerca, sus nervios estaban a flor de piel – Endou... ¿Dónde están no puedo ver nada? – Decía el peli azul al dejar de moverse.

Por la parte de las bancas donde estaban todas las cosas de los adolescentes el lobo legendario se adentraba a la espesa niebla, desde que todo cambió de golpe el temor lo invadió por completo, lo que quería era lo mismo que sus otros amigos deseaban, tener por lo menos a uno cerco – Capitán –

A espaldas del castaño de banda naranja, se podía apreciar una sombra distorsionada de una figura masculina, pero con una voz delicada, daba la impresión de ser dos o tres personas.

– Por fin, los encontré mis niños – Sus primeras palabras helaron más a los implicados originales, pues no esperaban escuchar eso, ese día.

Como jugador de columna, el más alegre y entusiasta de todos no tardó nada en encarar a quien sea que les estuviera hablando de esa forma – ¡¿Quién está ahí?! ¡Muéstrate ahora mismo! – Exigió al agitar la cabeza con bastante euforia, intentando ver de dónde provenía la delicada voz.

– Vaya... Veo que ha pasado poco tiempo para mi forma de ver la vida – Canturreo – Pero también veo que han crecido mucho mis niños, mis pequeños relámpagos "corrompidos" u obscuros – Volvió hablar la sombra sin moverse de ese lugar.

Varios tragaron saliva ante dicha respuesta, un castaño caminó por todo el arco a sus espaldas – Muéstrate ahora mismo – Exigió el menor de los Endou.

Para otros, su suerte daba pequeños brillitos que guiaban su camino, Yuto logró tomar del brazo a su segundo compañero más cercano, no espero para susurrarle dos pequeñas palabras – Esa voz –

Cuando lo tomaron sin previo aviso salto unos diez centímetros de su lugar, con más sorpresa la oración del de goggles le pusieron alerta haciendo que agudizará su vista – Mamoru... Ten cuidado ¡Está detrás de la portería! – El peli crema le gritaba con mayor desesperación a su capitán por ser la primera presa de quien estuviera presente.

– ¿Quién es el que está ahí? ¡Sal y muéstrate! – Se podía apreciar aquella voz gruesa e irritada perteneciente a Hijikata, no lograba comprender nada de lo que presenciaba – ¡Ya oíste al capitán! –

INAZUMA ELEVEN SUB-CONSCIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora