Capítulo 37

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– ¿Qué es lo que yo quiero hacer? – Aquella pregunta solo fue contestada con un largo bostezo – Esta vez sí que no tengo la menor idea de lo puede pasar, pero por otro lado, no le veo lo malo a experimentar un resultado muy diferente – Él portero miraba con sueño el techo de su habitación – ¿Qué se sentiría ser él malo ahora? – Más cosas salían de su pensamiento directamente a su boca – Pero ¿Por qué dudo en que bando quedarme? –

En otro lugar de la misma ciudad, más bien en el campamento de la selección. Todos los jugadores, las gerentes junto con los mayores que se encontraban en esta, trataban de encontrar a su capitán. Nadie se había dado cuenta de su ausencia hasta que Kido lo busco para preguntarle unas cuantas cosas.

– ¿Alguien tuvo suerte? – Una niña de lentes rojos y cabellos azules salió de las habitaciones del campamento con gran velocidad.

– Por mi parte nada – Reportó Fuyupe mientras bajaba las escaleras junto con las demás chicas, ya estaban algo agotadas puesto que llevaban más de media hora buscando al niño de sonrisa infinita.

– Lo busque por la piscina, pero sin pistas de él – Ahora una delantera de tez morena se recargaba en una de las paredes del lugar con un claro gesto de fastidio.

– Yo menos – Alguien como la señorita Raimon quien no estaba acostumbraba a hacer ejercicio era la más fatigada de todas – Miren mejor vamos a preguntarle a Aki, ella salió con Kido y Kazemaru rumbo a la torre Inazuma – Sugirió como mejor opción.

– Esperemos que ellos si tengan suerte – La hija del primer ministro primeramente estaba tomando la búsqueda como un juego, pero después de aburrirse, todo le pareció bastante caótico.

Por otro lado, el entrenador Hibiki todavía no le pedía el favor a su aprendiz, puesto que después de un almuerzo entre ambos, los dos volvían más relajados al campamento, todavía estaban sin enterarse de lo que pasaba en Raimon.

– Entrenador disculpe, pero me permite hacerle una pregunta – Seiya habló por primera vez, después de un pequeño rato en silencio, mientras miraba con duda al mayor que caminaba a su lado.

– Claro, muchacho pregúntame lo que quieras – No veía ningún problema en darle los detalles que fueran solicitados más que no fueran a pasar la línea de lo que creía prudente.

– ¿Cómo se hizo esa cicatriz? – Más que otra cosa era mera curiosidad por parte del pandillero de cabellos morados.

Esperaba cualquier otro tipo de interrogación a decir verdad – Primero te debo contar algo y después contestare a tu pregunta ¿De acuerdo? – Contestó entre risas él adulto mayor de la tercera edad.

– Si, entrenador – Sabía que no era la mejor cosa que preguntar en tan buena oportunidad, pero quedarse con las ganas no era una opción para su persona.

– Cuando yo tenía tu edad, estaba en aquel legendario Inazuma Eleven de Raimon, mi entrenador en ese entonces era el abuelo de Endou, Daisuke Endou – Su sonrisa se hizo algo más vistosa por saber que su juventud fue muy buena – Mi posición era la de portero, en las finales del torneo Fútbol Frontera tuvimos un "accidente" ocasionado por Kageyama Reiji – Él mayor detuvo su paso al igual que el menor – Al final no logramos llegar al juego y Teikoku Gakuen quedo como ganadora del torneo. Un tiempo después de recuperarnos de las lesiones todos abandonamos el fútbol, para siempre o eso pensé, hasta que llego Mamoru Endou reviviendo ese espíritu tan legendario – Solo fue lo primero que quiso compartir de sus múltiples recuerdos.

– Entrenador Hibiki – Antes de poder decir algo, él mencionado siguió con su relato, así que mejor guardo silencio.

– Cuando abandoné el fútbol, continúe con mis estudios. Pero, ya no era lo mismo, el trauma fue demasiado grande y empecé a decaer en la escuela, mis calificaciones se fueron por los suelos junto con mi inspiración – Suspiró al ver con nostalgia aquellos años gravados en su memoria – Quería volver a jugar fútbol, solo que le temía a que esas cosas que me atormentaban volvieran a suceder – Para este punto él mayor tomó de los hombros al peli morado – Ahora contestare a tu pregunta – Tuvo un asentimiento por parte del defensa – Unos dos meses antes de ese "Accidente", salí del entrenamiento con rumbo a mi casa como todas las tardes – Recordaba ese día a todos los colores posibles – Pero, uno de mis amigos estaba siendo molestado por un líder de una pandilla rival – El simple hecho de mencionar algo en que se parecían gano la curiosidad del adolescente – Cuando me percate de esto sin pensarlo dos veces. Me aventé contra el pandillero le rompí la nariz junto con el brazo izquierdo, solo que sin darme cuenta otro de ellos saco una navaja y al intentar esquivarlo me causo la cicatriz – Se levantó sus lentes para que viera bien la herida – Todavía conservo esa navaja – Agregó para presumir nada más.

INAZUMA ELEVEN SUB-CONSCIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora