Capítulo 118

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– ¡Miren mis hijos amados! ¡Este es el verdadero poder de su madre! ¡Soy la jugadora original! ¡Y hoy he regresado para retomar mi puesto, además de ser necesario se lo heredaré a mi descendencia en este intento! – La señora de ojos dorados estaba embozando una sonrisa al estilo Kageyama, hubiera seguido con su discurso tan emotivo y su orgullo por los cielos, pero por un momento miró que su poder alcanzaba los niveles máximos así que con una simple vuelta volvió a la normalidad.

– ¡Mamá es genial! – Gritaron los dos adolescentes al terminar el protocolo de escaneo y abrir la puerta para que la mencionada saliera a paso calmado.

– Ani tus análisis junto con todos los exámenes salieron a la perfección, lo único que sigue interviniendo es la cicatriz – La cabeza de familia en este caso Reiji mantenía su compostura para decirle las noticias a su esposa, sabía que eso le afectaba un poco, pero ocultarle las cosas no era una opción.

– ¿Qué cicatriz mami? – La pregunta por parte del menor de todos no se hizo esperar, ya que nunca se había enterado de lo que ahora estaban por hablar sus padres.

– Te contare una pequeña historia mi amor, pero será nuestro secreto y como ya saben "Los secretos de familia nunca salen de nuestras bocas" – La emperatriz del fútbol al salir del cilindro se hizo su largo cabello a un lado, su esposo le ayudo a abrir su bata por el lado de la espalda, dejando ver una horrenda cicatriz que le cubría desde el hombro izquierdo hasta el inicio de su pierna izquierda por encima del glúteo – Hace bastante tiempo tu madre lidero con valentía y valor a todo el futbol femenil de Japón e Italia ¿Suena muy de ensueño verdad? – Su hijo asintió con la cabeza – Solamente que la envidia llego a aquellos inferiores que no lograban ni superar sus propias metas puede llegar muy lejos – La voz de la mayor se escuchaba un poco más agresiva y gruesa – Un día me tendieron una trampa comprando al equipo que solicitaba mis servicios en ese entonces, al salir del entrenamiento algo que no me esperaba sucedió – Detuvo su relato para suspirar con pesadez, pesadez que se fue convirtiendo en enojo puro.

– Decían que su madre era como un ángel para todo, alcanzando la "Perfección" según los inferiores cobardes que se atrevieron a tocar a mi esposa, lo bueno es que ellos ya no viven– Kageyama a la vez que hablaba intentaba calmar la ira que de su pareja emanaba – Pero el punto aquí es, que se dice que "Un ángel ya no puede seguir su camino sin sus alas" Así que fueron por la espalda de mi Anini, su plan era dejarla mal de la columna para que no volviera a jugar nunca –

– En una pequeña temporada que tuve si me quede fuera de juego por completo, ya no sabía que hacer estaba tan desesperada por volver a las canchas que quien sabe cómo, una noche solo me escape del hospital donde me estaban rehabilitando y camine hasta el monte Fuji, por vagos recuerdos que invadieron mi mente – Ani volvía a cerrar la bata que usaba mientras su cabello era arreglado por su hija mayor, quien si sabía parte de las cosas, pero no todo – Ahí volví a reencontrarme con tu madrina mi niño, así que no dudo en ayudarme dándome la nueva oportunidad que tengo ahora y no la vamos a desaprovechar nunca –

Satoroshi se quedó estupefacto por lo que acababa de escuchar, no sabía ni que decir o que hacer, su cabeza estaba tardando en procesar las cosas que llevaron a su madre a buscar de forma desesperada un deseo milagroso. Así que simplemente se acercó a su mamá para abrazarla con amor buscando reconfortar su angustia y parte de su pasado.

Después de un rato las cosas se calmaron y la vida de la familia regresaba a ser calmada. Oyuki tuvo que llamar a su "Estilista personal" Una vieja amiga de confianza que actualmente era modelo profesional en Japón, pero no dejaba que nadie más tocara su cabello, ambas mayores estaban felices por volverse a encontrar, dando como resultado unas muy alegres y entretenidas horas de mejores amiga.

INAZUMA ELEVEN SUB-CONSCIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora