Capítulo 4

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Cuando el capitán estaba por llegar a las escaleras una luz muy brillante e intensa, acompañada de una música celestial lo cegó haciendo que tropezara de espaldas, como resultado el castaño de banda naranja se rodo por las escaleras sin tener la oportunidad de meter las manos para frenar la caída.

Un dios de cabellos rubios salió apresuradamente de la luz, al escuchar un golpe seco bajo las escaleras de dos saltos para poder ver al portero de su verdadero equipo – ¡¿Estas bien mi estimado Endou?! – Con nervios le estiró la mano para ayudarlo a levantarse.

– Gracias Afrodi – El capitán tomaba con esfuerzo la mano del más alto de los dos, pero un dolor en un costado de su cuerpo le hizo quedarse a medio movimiento, obligándolo a regresar al piso – Espera... Espérame un momento, no me puedo mover, solo dame un momento – Pidió sin soltar aquella caja, además de dar un largo suspiro

Al ver el estado de Endou decidió darle su momento para que intentara reincorporarse por su cuenta, pero al no ver algún progreso efectivo decidió cargarlo como si de un costal de papas se tratase hasta la base, cuando llegaron a esta les explicaron la situación a los demás jugadores, excepto a Fubuki él había visto todo por medio de las cámaras.

Goenji quien estaba recargo en la pared afuera de la habitación del capitán empezaba a desesperarse de la situación– Necesitamos ir por las cosas del entrenamiento de verdad... Por lo menos aquí en Raimon siguen siendo vacaciones, pero un punto en contra es que Afrodi si tiene clases –

Kido tomó de ambos hombros al joven peli crema – Tienes toda la razón Goenji, pero sabes... Lo más importante ahora es que necesitamos saber a quienes ya localizaron ellos... Aún que no creo y espero estar en lo correcto de que ninguno de nuestros compañeros este de su lado –

– Esa es otra cosa, la prioridad ahora es Mamoru – Kazemaru estaba sentando en piso al lado de Kido sosteniendo un peluche de un oso color azul celeste con un moño amarrillo en el cuello y decoraciones naranjas con negro y rojo.

Otro de los defensas se sentó con desgano junto a su amigo peli azul con morado – Ichirota tiene razón al parecer el capitán se lastimo la espalda y necesitamos que él este recuperado lo más pronto posible... Además, es hora de que vayamos por el verdadero equipo como dijo Shuuya – Al ver el peluche de su compañero se lo pidió a señas, cuando lo tuvo en sus brazos lo abrazo con fuerza – También algunos cuantos víveres, revisé la cocina y ya no hay nada... Solo que alguien se va a tener que quedar con el capitán para cuidar de él –

– Chicos, no se preocupes por nuestro querido capitán estará bien solo tiene un moretón en la cadera y Mecha E001, se encuentra atendiéndolo – El jugador de cabellos de oro salía de la habitación del primer mencionado, logrando llamar la atención de sus amigos que esperaban noticias.

– Ustedes vayan por sus cosas yo mandé a traer mis cosas con unos sirvientes, me quedare al lado de Mamoru – Fue lo último que dijo el joven de goggles azules para después entrar a la habitación del castaño y cerrar la puerta.

– Miren yo traje todo lo que necesito, así que me quedare cuidando la base – Comentó Afrodi, quien se dirigió a otro lado del lugar.

Sin querer perder más tiempo Kazemaru junto con Goenji y Fubuki, se dirigieron por las cosas que necesitaban, pero como eran altas horas de la noche, los tres se aventuraron juntos a todos lados sin despejarse entre sí, no por miedo a que les hicieran algo como robarles o intentar dañarlos, si no por ellos o por la extraña niebla, que apareció por la tarde en el entrenamiento.

– Al parecer, hoy la noche es demasiado tranquila – El delantero estrella levantó la cabeza para mirar al cielo estrellado que era adornado por la hermosa luz de luna.

INAZUMA ELEVEN SUB-CONSCIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora