Capítulo 16

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Pov. Lisa.

Hoy había decido tomarme el día. Me sentía cansada por la larga noche y no tenía cabeza para los negocios ahora.

Menos para estar soportando las preguntas de Mariela sobre el cumpleaños de Rosé u oírla quejarse porque mi mejor amiga no la había invitado.

Aparte... Había algo más que me estaba rondando en la cabeza. Un sentimiento extraño que tuve ayer mientras volvíamos con Jennie y... No podía explicar.

Fueron como nervios mezclados con algo de sorpresa y... tal vez ¿Inseguridad?. Algo diferente e intrigante que me había hecho acelerar el corazón a un ritmo casi ruidoso hasta el punto de hacerme perder el aliento por un par de segundos.

Necesitaba encontrar una explicación lógica para eso. No podía solo quedarme quieta con duda esperando que no volviera a pasar. Eso me haría ver débil, y débil no era precisamente una palabra con la que me describiría nadie.

Todo lo contrario, yo siempre me había vanagloriado de ser fuerte, directa, hasta implacable y mandona, pero débil jamás.

Así que tenía que encontrar la razón de ese sentimiento. Repasaría punto por punto la noche completa de ser necesario, para ver qué había desencadenado en mi esa sensación.

Por ahora solo sabía que estaba relacionada con Jennie Kim, que prácticamente desde que llegamos se fue con Rosé. Sinceramente me dolió que mi mejor amiga prefiriera irse con la chica que apenas habíamos conocido hace un par de meses, pero decidí pasarlo por alto porque sabía la razón, detestaba tener a Mariela cerca. Además era su cumpleaños y debía pasarlo bien.

Pero de regreso a Jennie, me incomodó también que solo se dejara llevar y que sonriera plenamente mientras conocía a todos los tontos habladores del bufete de Rosé y Jisoo.

Parecía estarse divirtiendo mucho para no haber querido venir desde un inicio. Y luego estaba Kai, el tipo que una vez me presentaron como un colega de Jisoo, pero que a los cinco minutos estuvo tratando de ligarme con cumplidos baratos y sin sentido.

Lo más seguro era que estuviera haciendo lo mismo con Jennie y sabía que podía llegar a ser muy invasivo si una no era firme. Cosa que obviamente no era ella.

Desde lejos los mantuve vigilados fingiendo estar poniendo atención a una chica que se me había acercado sin más, pero cuando él la acorraló, decidí actuar. Esa niña tonta se estaba exponiendo de forma innecesaria.

Empecé a caminar hacia la esquina en la que estaban y contra todo pronóstico vi como logró escabullirse, aprovechando la distracción de Rosé en el micrófono. Sonreí con algo de orgullo cuando prácticamente corrió hacia la barra y decidí seguirla para alejar al idiota.

Me senté a su lado y aunque estuve decidida a no demostrar mis intenciones, él tipo de puso un tanto belicoso y tuve que ponerlo en su lugar. Él me conocía, sabía perfectamente que conmigo no podía ponerse a jugar al macho, pero aún así, decidió dejarle su tarjeta a Jennie como para retarme.

Ella no dijo una sola palabra en ese intercambio, pero pude ver sus ojos impresionados cuando tomé la tarjeta de sus manos y la tiré a la basura.

Yo no quería a ese tipo cerca y para bien o para mal ella ya estaba en mi vida, así que supuse que debía cuidarla también.

Luego vinieron los cócteles de colores. Uno rojo, otro verde y uno más amarillo. El barman dijo que era un festival de mojitos, el primero era de fresas, el segundo el clásico de hierba buena y el último y a mi parecer el mejor, de maracuyá. Al parecer, Jennie se emocionó porque después de esos tres pidió otros dos más y al final un par de shots de whisky.

OH MY ROOMATE! | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora