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"Largo"

Todos los presentes dudaron de la orden, pero, sólo necesitaron la mirada de reojo del rey diablo, para obedecer y salir de ahí.

Había sorpresa en todos sus rostros, tanto por ver al platinado, cómo por las condiciones en las que se encontraba, aunque, nadie se atrevía a investigar o preguntar que había pasado, sólo murmuraron entre ellos estando fuera de la puerta.

Feng Xin en cambio, suspiró profundo, mirando atento al bonito platinado, sus manos temblaban, su cuerpo vibraba, y se apreciaba el ligero temblor en el agarre de la katana.

Él se fue acercando poco a poco, podía notar que el contrario seguía en una especie de shock, la mirada perdida lo mostraba, y a decir verdad, no quería ser el siguiente.

Mu Qing le veía, sin mover un sólo músculo, apreciando cómo se acercaba, a paso lento, y uno que otro rayo iluminando derrepente el lugar que hacía tensar a ambos conforme se movía el castaño. Parecía como si el platinado se debatiera internamente en atacarlo o no.

En cuanto estuvo frente a él, Feng Xin se detuvo,  quería abrazarlo, pero no sabia si podía, al heredero le temblaba ligeramente el labio, y parecía hacer un enorme esfuerzo por retener su llanto.

Poco a poco, el castaño le quitó el arma, quitándole con esta un peso menos, cómo si con esa acción le diera a entender que estaba a salvo, y fue él, el que le abrazó lentamente, recibiendo el abrazo de regreso, y Feng Xin sintiendo que volvía a respirar cuando el cuerpo del contrario reaccionó ante eso.

Aún tenía el corazón roto, y no sabía cómo se lo diría, pero, su bonito platinado estaba ahí, entre sus brazos, a salvo.

Mu Qing no lo sabía, pero había sobrevivido a uno de los mayores ataques a la organización, y estaba con él, pese a cualquier otra cosa, lo tenía con él, y Feng Xin lo sabía, así su vida estuviera en juego, lo mantendría vivo y bien, no había forma alguna que lo separaran de él.

Feng Xin beso su frente ignorando la sangre fresca por todos lados del heredero, tomando su mano, y yendo escaleras arriba para limpiarlo, no sabía cómo se lo diría, no había forma de soltar algo así, primero necesitaba tranquilizarlo un poco, nunca había pasado por algo así en realidad.

Mu Qing le siguió obediente, en silencio y sin poder dejar de llorar ya, ni siquiera se había dado cuenta de las lágrimas que caían por su mejilla con fuerza, al parecer seguía shoqueado.

Aún así, el castaño estaba sorprendido por que contó los cuerpos en el primer piso, y había más de quince, y no dudaba qué había matado más personas esa noche.

"¿Mu Qing?" -Aunque le llamó, este no respondió, ni siquiera notó que le hablaba, a tal punto, que ni siquiera se dio cuenta en que momento ya sólo se encontraba en calzoncillos, estando por entrar a la caliente bañera frente a él-.

Todo había pasado muy rápido, incluso el ya estar dentro de esa.

No fue hasta que Feng Xin le tiró un poco de agua sobre su cabeza qué reaccionó, cómo si estuviera por tener un ataque de pánico en ese momento, removiéndose algo fuerte, y el castaño se obligó a mantenerse firme, tomando sus muñecas, y evitando que saliera. Tuvo que hablarle algo firme, haciendo que lo mirara, ayudando poco a poco a que relajara mientras le veía a los ojos. Feng Xin lo soltó de nuevo.

"¿Feng Xin?"

"Aquí estoy, ángel, todo va a estar bien"

"N-no y-"

"Todo fue mi culpa, no hiciste nada malo, no debería ni siquiera atreverme a pedirte perdón" -Mu Qing lo abrazó en respuesta, y al contrario no le importó terminar empapado, ese abrazo parecía querer fundirlos en uno solo-.

HEART (fengqing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora