Fengqing. Modern AU. Enemies to Lovers. Mafia AU. Empresarios AU.
¿Era posible odiar al contrario más de lo que ya lo hacía?
La pistola en la mandíbula de ambos hablaba de la situación, si los dos eran honestos, no sabían bien como habían terminado...
El pelinegro gimió audible sacándole una inconsciente sonrisa al ojimiel.
Mu Qing en respuesta, empujó del cabello de su esposo, obligándolo a chupar más fuerte, sacándole otro gemido en el proceso.
Aún así, el CEO no lo soportó más, se corrió dentro de la boca del castaño, y entre su orgasmo y los ligeros espasmos, el castaño sonrió grande tragando de golpe y sonrojando a su bonito esposo.
Había pasado un mes desde su reconciliación, y la pareja parecía no poder enfriarse, se encontraban en el sofá de la oficina del ex platinado, con Feng Xin terminando de masturbarse, bajo la pecaminosa mirada de su pelinegro, quien, ayudó a agilizar el proceso, susurrando lo más obsceno posible sobre su oído, y colocándose sobre el contrario, siendo él, quien terminó de masturbarlo hasta que se corrió, para al final llevarse el líquido que quedó sobre su mano a la boca.
El ojimiel sonrió grande, pese a los ligeros espasmos, se acercó a lamer la mejilla del contrario, quien le devolvió la sonrisa, enrollando sus brazos por su cuello, e iniciando un lento beso que hizo a ambos suspirar entre este.
Se suponía que el castaño había ido a comer con él, los dos tenían mucho trabajo por sus recientes puestos y aunque el sexo era diario, bueno, caliente, e incluso parecían estar viviendo su luna de miel todos los días, los dos vivían en estrés constante de que algo le pasara al contrario.
No era un tema de conversación, pero sí era el tema que evitaban, con su corazón apretándose dolorosamente al siquiera pensarlo.
El castaño se separó con una sonrisa, llenándole el rostro de besos a su bonito esposo que aunque rodó los ojos, no se movió.
"Ya, vete de aquí, tengo trabajo"
"No, hasta que comamos juntos, compré comida coreana" -Mu Qing sonrió grande y besó sus labios, besando su mejilla después-.
"Bien, vamos a comer, me distraes"
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Pasaron dos meses y unos cuantos días desde que se habían reconciliado formalmente.
Esta vez, el rey diablo tomaba de la mano a su esposo, quien caminaba junto a él en silencio y con la cabeza baja.
Se encontraban en el panteón principal del país, el pelinegro había tardado, pero aquel día era su aniversario de bodas, y quería contarle a las otras dos personas más importantes de su vida respecto a esta, Feng Xin por su lado, quería rendir sus respetos y pedir perdón por casarse sin haberles pedido permiso primero.
Mu Qing suspiró, no se había atrevido a ir a sus tumbas porque era doloroso afrontar la realidad.
Ya lo sabía, ya no los tenía, entonces , ¿por qué se volvió tan doloroso ver sus nombres escritos en las lápidas?
Ni siquiera pudo evitarlo, se colocó de rodillas comenzando a llorar, mientras un preocupado Feng Xin se colocó junto a él, tomando su mano y sintiendo el fuerte agarre en este, mientras su bonito esposo se deshacía en llanto.