15.- Mensajes con el amigo de Yare

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Abrí mis ojos, pues la luz del sol pegaba hacía mí ventana y me daba en toda la cara, me tallé mis ojos y enseguida agarré mi celular, era algo temprano pero decidí seguir despierta.
Me había acordado de la pequeña conversación con Rey la noche anterior lo cuál, se me hizo muy repentino así que decidí meterme al chat para volver a leer la conversación. Mientras leía me llegó el "buenos días" de Uriel así que decidí contestarle al instante.
*Mensajes de Whatsapp*

Uriel: Buenos días Alicia.

Yo: Buenos días Uri. :)

Uriel: ¿Qué vas a hacer hoy? ¿Quieres que nos veamos un rato por la tarde?

Yo: A lo mejor algunas actividades pendientes pero si, acepto.

Uriel: ¡Perfecto!

Yo: 😉

Y cerré el chat.

Enseguida me levanté para ir a desayunar algo, sinceramente no sabía si decirle a Yare sobre la conversación que tuve con su amigo Rey ya que para mí no tuvo importancia pero como es su amigo pues no  se me hacía mal en platicarle.

—Si Yare, déjalo ahí, enseguida lo arreglo, antes quisiera platicarte algo de anoche.—exclamé.

—Ok Alicia, ¿que pasa? ¿Que te sucedió? —respondió Yare.

—Ayer en la noche me habló Rey.

—¿Ah, si? Que padre, ¿que te dijo? —contestó algo sorprendida pero nada fuera del otro mundo.

—Pues hola y esas cosas de conversación aburrida, mira leela con tus propios ojos, a mi me da flojera leer. —señalé y enseguida le mostré la conversación a Yare.

—Aah ja ja ja, que cortantes son oye, y ya no te contestó, que mala onda. —dijo mientras leía la conversación .

—¿Quién te habla a media noche? Deberás con él.

Terminamos de desayunar y cada quién se fue a su habitación a iniciar sus cosas personales, yo había quedado con Uriel a una cierta hora por lo tanto, tenía que terminar mis asuntos una hora antes de la hora acordada, para alistarme y eso.

Normalmente los días Viernes eran tan tranquilos aunque no nos tocaba ir a clases la semana que venía pero se sentía tranquilo y diferente a los demás días.

Y después de tanto relleno en mi día viernes, por fin llegó la hora de salir con Uriel, sinceramente cuando tocaba verlo no me gustaba salir tan producida en cuestión de que me daba flojera arreglarme, así que solo me arreglaba básica y me salía, cada que salía de casa tenía que avisarle a Yare, así que lo hice y enseguida me salí.

Veo que está Uriel parado en la esquina y me dirigí hacía él, nos saludamos y enseguida caminamos para sentarnos.

—¿Qué hiciste hoy, Ali? ¿Pudiste descansar un rato? —Cuestiona Uriel.

—Estem no, no descansé, o bueno tal vez si pero no como yo hubiese querido, hice algunos pendientes que tenía que hacer y cosas de la casa.

—Entiendo.

—Sinceramente salir a esta hora me hace sentir tranquila —contesté mirando al cielo que estaba apunto de anochecer.

—Si, el cielo está muy bonito hoy —respondió Uriel y se me quedó viendo.

Me dí cuenta de ello por lo que quise desviar el momento.

—Emm, hablemos de ti ja ja, ¿te has sentido cómodo estas semanas en la Uni?

—Si, eso te lo debo a ti, la verdad si no te hubiera conocido yo estaría casi muerto por el estrés.

—¿De que hablas?

—Si Alicia, el saber que estás me hace sentir alivio pues me doy cuenta que no todo en la vida es escuela

—Ouu, entiendo.

Nos quedamos un rato viendo el cielo, se alcanzaban a ver algunas cuantas estrellas y el frío comenzaba a dar.  

—Me tengo que ir, ya es tarde. —dije y me levanté para sacudirme.

—Está bien Alicia, te acompaño a la puerta.

—Gracias Uriel.

—Gracias a ti por darme un poco de tu tiempo Ali.

Nos despedimos con un abrazo y me metí.

Al día siguiente fuimos de compras Yare y yo junto con mi madre, nos fuimos en la tarde, no tardamos mucho pues solo fuimos por lo necesario y ya sabíamos que comprar, la tarde estaba fría muy fría pues ya se sentía el clima de otoño, todo mi cabello volaba y solo me iba agarrando mis brazos.
Al llegar a casa mi madre hizo chocolate caliente pues caía bien con el clima de la tarde. Desde medio día se había ido la luz por lo que no me podía comunicar con nadie, ya era de noche y aún no llegaba.

A los pocos minutos llegó y enseguida me empezaron a llegar varios mensajes, varios de ellos eran de Rey por lo que se me hizo raro. Enseguida me metí a su chat para revisar, se veía que había pensado que no le quería contestar por eso los varios mensajes.
*Mensajes de Messenger*

Rey Alcántara: Y ¿Qué tal tu tarde?

Yo: Hola, Rey una disculpa, se fue la luz aquí y apenas llegó pero todo muy bien gracias, salí un rato.

Rey Alcántara: Ah, no te preocupes, entiendo.

Yo: Gracias.

Y cerré el chat.

También enseguida abrí el chat de Uriel y le mandé mensaje.
Parecía como si no me hubiese metido a las redes sociales en días pero nada fuera de lo normal.
*Mensajes de Whatsapp*

Yo: Hola Uriel, se fue la luz desde temprano. :(

Uriel: Hola Alicia, no te preocupes.

Yo: ¿Cómo te fue hoy?

Uriel: Bien Ali, nada relevante ja ja.

Yo: Entiendo.

Y cerré el chat.

Sinceramente, todo se había hecho rutinario con Uriel y la verdad no me gustaba, no habíamos llegado a nada y eso no era cómodo para mí por lo que me hacía pensar mucho.

Cuando me encontraba acostada, tenía me celular agarrado con mis dos manos por lo que lo tenía arriba de mi, cerré mis ojos y lo primero que se me vino a la mente fue él profe Gerson, todo me daba vueltas y lo único que veía era a él, recordaba como fue cuando chocamos en aquél salón, aquella vez cuando me quiso decir algo pero algo lo detuvo, sinceramente eso sí me hizo pensar demasiado era muy extraña la manera en la que a veces él profe se comportaba, como si algo escondiera, como si ya estuviera cansado de ocultarlo pero bueno que más da, yo no era nadie para opinar ni para hacer conclusiones.

Su rostro no podía desaparecer de mi mente al momento de cerrar mis ojos, podía verlo, casi casi hasta sentirlo, no no no me tenía mal, verdaderamente él profe Gerson me volvía loca.

Y si en esta vida no fuiste para mí, espero y en la otra lo seas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora